Una familia norteamericana que padece una serie de fobias y obsesiones con los gérmenes la llevó a ‘alquilar’ un supermercado durante una hora a la semana con el objetivo de no cruzarse con otros clientes que puedan tener microorganismos contagios que deriven en enfermedades.
Se trata de la extravagante y -paradójicamente- viral pareja conformada por Emma y su marido Lucas, quienes se convirtieron en millonarios luego de acertar a la lotería y ese inesperado golpe de fortuna les permite llevar adelante acciones tan extrañas como exclusivas.
“Alquilamos el supermercado durante una hora un día a la semana, justo antes de que abran. Les pagamos para que desinfecten todo y nos dejen ser los únicos que estemos allí para no tener que estar con otra gente con gérmenes. Solo dejamos que haya un empleado, y tiene que estar equipado con un EPI y mascarilla. También lo hacemos para que nuestra hija pueda vivir estas experiencias”, aseguró la mujer.
“Hacemos la compra como todo el mundo, somos gente normal”, remató la millonaria para justificar su actitud.
Un paliativo para la fobia bastante costoso
Las fobias y las obsesiones tienen diversos orígenes, sin embargo con la llegada de la pandemia aquellas personas que sufrían por compartir espacios públicos, objetos o contacto físico sumaron un ingrediente más que de peso a sus preocupaciones. Algunas de las patologías que más destacan en la era del coronavirus son la agorafobia, -miedo a los espacios exteriores y las multitudes-, hafefobia -miedo a ser tocado- y la misofobia -el miedo a los gérmenes-.
Emma detalló que su fobia la lleva a gastar sumas importantes de dinero por el hecho de tener que ‘reservar’ el supermercado de su pueblo una vez a la semana solo para ella y su marido. Sin embargo, asegura que ese dinero –no precisó la suma- está bien invertido ya que no quiere ir en medio de un tumulto de clientes y con todas las protecciones necesarias para evitar contagiarse alguna enfermedad –especialmente Covid 19-.
La historia saltó a la luz luego de que sus propios protagonistas contaran en TikTok las idas y vueltas cotidianas que tienen para evitar a los microbios. Pero la fobia no solo se reduce a los centros comerciales, además no viajan en avión sino se van de vacaciones en su pequeña caravana, no usan baños públicos, no visitan casas ajenas y no acuden a ningún tipo de establecimiento de ocio público.
¿No será demasiado?