Mantener la cocina limpia es esencial, especialmente porque es donde se manipulan y almacenan alimentos. Este espacio tiende a ensuciarse con facilidad debido al humo, los vapores y los residuos de comida. La correcta limpieza depende del material de las superficies, ya que cada uno requiere un tratamiento específico.
Muebles de madera
La madera es común en el mobiliario de cocina, y aunque tiene diferentes acabados, es fundamental evitar dejar líquidos mucho tiempo sobre su superficie para prevenir manchas o hinchazones. Una fórmula efectiva incluye:
- Mezclar vinagre blanco con agua y agregar dos gotas de detergente en un rociador.
- Rociar los gabinetes, dejar actuar dos minutos y limpiar con un paño seco de microfibra.
- Para el interior, repetir el proceso y luego pasar un trapo solo con agua.
- Secar bien y aplicar cera o pulidor para devolver el brillo.
Superficies de melamina
La melamina, por su simplicidad, no requiere productos especiales:
- Pasar un trapo húmedo con una mezcla de vinagre y agua.
- Dejar actuar dos minutos y secar con un paño limpio.
El bicarbonato de sodio, combinado con limón, es ideal para eliminar manchas difíciles:
- Mezclar media taza de bicarbonato con una taza de agua y el jugo de medio limón.
- Aplicar la mezcla con un trapo húmedo y frotar suavemente.
- En manchas persistentes, dejar actuar unos minutos, enjuagar y secar bien.
Otros materiales
Para los muebles laminados, acrílicos y de fibropanel se recomienda usar agua tibia y jabón con trapos de microfibra evita rayaduras. En muebles de fórmica, el jugo de limón puede aportar brillo adicional. En las mesadas de mármol y granito se limpia con agua, jugo de limón y agua oxigenada o alcohol, mientras que el granito requiere solo detergente y agua tibia. Ambos deben secarse bien tras la limpieza para evitar marcas. En los muebles lacados se recomienda agua y jabón con paños suaves, evitando productos abrasivos. Para manchas específicas, usar una mezcla de leche y agua, frotando suavemente y secando al finalizar.