Cooper es un perro de raza Foxhound americano que nació con una discapacidad, no tiene cuello. Su cabeza está pegada al abdomen y esto le da una apariencia muy particular.
Esta enfermedad se llama síndrome de la columna vertebral corta. Por esta razón, su tamaño es de la mitad que otros perros.
Según explicaron en las redes sociales de Cooper, sus criadores lo abandonaron en la calle tras descubrir su malformación. Poco después, agentes del control de animales lo encontraron cerca de un criadero ilegal de perros en Virginia. En ese momento tenía solo dos meses.
Cooper quedó al cuidado del refugio Bond Between y poco después fue adoptado por Elly y Andy Keegan. “Su enfermedad se debe a la endogamia, y es desgarrador pensar que lo desecharon cuando los criadores se dieron cuenta de que no les reportaría beneficios”, explicaron.
Pese a sus dificultades, la familia asegura que Cooper tiene una vida normal. “Tienen todavía mucho por vivir. Cooper es el perfecto ejemplo de ello. Ahora tiene una vida feliz y normal y es un miembro clave de nuestra familia”, aseguraron.
“Allá donde va, llama la atención, pero le encanta. Tiene 32.000 fans en Facebook”, agregaron.