Esta semana ingresaron los familiares de los últimos seis participantes a la casa, en un giro absoluto en las reglas de Gran Hermano. Esto nos dejó momentos de gran emoción, salvo Romina que no pudo esconder su decepción.
“¿No dejaron entrar a las nenas?” fue lo primero que le preguntó Romina a Fabián, su sobrino, el único de la familia de la ex diputada que aceptó entrar al reality. Después se quiso disculpar por la frialdad de su reacción al verlo, justificándose en que no lo reconoció porque estaba más gordo.
Si eso te pareció poco, Romina le preguntó cómo había sido que la producción lo llamó a él para que entre a la casa. El joven le explicó que las nenas no podían entrar por ser menor de edad. Hasta el momento, ellos no lo sabían, pero el familiar iba a jugar a la par de los participantes del reality.
Por ley, no puede haber niños en la tele después del horario de protección al menor. La decepción de Romina seguía siendo inmensa.
En la otra vereda, Marcos y Valentina nos regalaron realmente emocionantes con el cariño que se tienen y el amor con el que se tratan. Está bien, el vínculo es otro.
Las hermanas Lattanzio también dejaron momentos memorables en los días que llevan compartiendo la casa. Parecen compartir un idioma semejante en que nadie entiende, solo ellas con miradas y carcajadas.
EL PASO DE FABIÁN POR GRAN HERMANO
El paso del sobrino de Romina fue con pena y sin gloria. Muchos advirtieron situaciones al límite en el que el joven se habría ido de boca al contar un poco de más sobre el afuera.
Pese a ser la última persona que esperaba ver, Romina se abrió con su sobrino y también se fue de boca. La participante volvió al tema de cómo “Gran Primo” le cambió la decisión cuando ella iba a salvar a Daniela, pero terminó rescatando a Julieta en la última placa de nominados.
A la hora de las nominaciones, el joven fue el más votado por los integrantes de la casa y debió irse inmediatamente. La reacción de Romina no fue muy distinta. Con un abrazo tibio y un “nos vemos”, la ex diputada despidió a Fabián casi hasta con ganas de que se fuera.