Cómo quitar las manchas más difíciles de la vajilla en pocos pasos

Con estos simples consejos vas a lograr que la limpieza sea una tarea más eficiente y menos estresante.

Cómo quitar las manchas más difíciles de la vajilla en pocos pasos
Mantener la vajilla impecable contribuye a la higiene y al orden en el hogar.

Mantener la vajilla impecable no solo asegura una cocina más estética, sino que también contribuye a la higiene y al orden en el hogar. Después de una comida especial, suele ser inevitable enfrentarse a una pila de platos y utensilios sucios. Aunque esta tarea puede parecer tediosa, hay métodos simples y efectivos para garantizar una limpieza profunda con excelentes resultados.

Siempre se recomienda abordar la limpieza cuanto antes, ya sea inmediatamente después de la comida o a primera hora del día siguiente. Este hábito evita que las manchas se adhieran y que los olores desagradables se intensifiquen, además de mantener la cocina como un espacio funcional y agradable. Sin embargo, para aquellos casos en los que no es posible limpiar de inmediato, existen trucos prácticos que facilitan el proceso incluso al día siguiente.

Adoptar estas prácticas no solo ahorra tiempo, sino que también mantiene tu cocina en óptimas condiciones.
Adoptar estas prácticas no solo ahorra tiempo, sino que también mantiene tu cocina en óptimas condiciones.

Paso a paso para limpiar la vajilla de manera eficiente

- El primer paso fundamental es retirar los restos de comida de los utensilios antes de lavarlos. Aunque parezca obvio, hacerlo correctamente marca una gran diferencia.

- Usá una espátula de silicona o una servilleta para eliminar los residuos sin dañar las superficies. Luego, remojá los platos, vasos y cubiertos en agua tibia con unas gotas de detergente. Este paso inicial es clave para ablandar las manchas y los restos de grasa o salsa que puedan haberse secado, lo que simplifica así la limpieza posterior.

- Al momento de lavar, asegurate de usar un detergente de calidad que sea eficaz contra la grasa y suave con las manos. Para neutralizar olores persistentes, como los de ajo o pescado, podés añadir unas gotas de vinagre blanco o jugo de limón al agua de lavado.

- Es importante seguir un orden estratégico durante el lavado. Comenzá con los utensilios más limpios, como vasos y tazas, y dejá para el final los platos y ollas más grasientos. Este método evita que la grasa se transfiera a otros objetos y ayuda a mantener el agua limpia por más tiempo.

Adoptar estas prácticas no solo ahorra tiempo, sino que también mantiene tu cocina en óptimas condiciones.

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