Si estás buscando un postre ligero, original y que además sea fácil de hacer, la torta nube es perfecta para vos.
Con solo dos ingredientes básicos, vas a poder crear una delicia que sorprende tanto por su textura esponjosa como por su frescura. Lo mejor de todo es que no necesitás ser un experto en la cocina para lograrlo.
Ingredientes necesarios
- 4 manzanas (de cualquier variedad, pero que sean jugosas).
- 20 gramos de gelatina en polvo sin sabor.
Paso 1: Preparar el puré de manzana
Arrancá por lavar bien las manzanas para asegurarte de que estén limpias y listas para usar. Pelalas con cuidado, sacales las semillas y cortalas en trozos pequeños. Esto va a facilitar que las proceses más rápido.
Llevalas a una licuadora o utilizá un mixer para triturarlas. Podés agregar un chorrito de agua para que sea más fácil lograr una consistencia suave, como un puré homogéneo.
Paso 2: Cocinar y añadir la gelatina
Colocá el puré de manzana en una olla y calentá a fuego bajo. Cuando veas que empieza a tomar temperatura, agregá la gelatina en polvo sin sabor. Revolvé constantemente para que no queden grumos y asegurate de que la gelatina se disuelva por completo.
Paso 3: Batir para lograr la textura esponjosa
Pasá la mezcla a un bol grande y, con una batidora eléctrica, empezá a batir a máxima velocidad. Este es el secreto para que tu torta nube quede bien aireada y con esa textura tan característica. En unos 12 minutos, vas a notar que la preparación cambia de color y se vuelve más blanca y esponjosa.
Paso 4: Llevar al molde y enfriar
Verté la mezcla en un molde. Es ideal que sea antiadherente o forrado con papel film, para que sea más fácil desmoldarla después. Llevá el molde a la heladera y dejalo enfriar durante al menos 4 horas.
Este tiempo es clave para que la torta tome consistencia y puedas disfrutar de su textura única. Si lo deseas, podés colocarle un poco de azúcar impalpable por encima.