La reina Isabel II murió este jueves a los 96 años. Antes de su deceso estuvo bajo supervisión médica en el Castillo de Balmoral, su propiedad favorita donde trabajó durante la Segunda Guerra Mundial y en el que la familia pasa sus días en verano.
Así es el Castillo de Balmoral, el palacio favorito de la reina Isabel II
La residencia real del siglo XV está ubicada en Escocia, en el concejo de Aberdeenshire, la puerta de las Highlands escocesas. Fue adquirido por la casa real inglesa en 1852. El príncipe Alberto hizo la operación y se lo regaló a su esposa, la reina Victoria.
De la gran extensión de la propiedad, 300 hectáreas son bosques y 222 son tierras para el cultivo y para la cría de más de 100 bovinos serranos, una raza de ganado autóctona y típica de este lugar.
Esta propiedad ha sido el punto de encuentro de la familia británica durante sus días de descanso en el verano, es un refugio para el ocio. En su momento, Isabel II confió que este castillo es uno de los lugares preferidos de su nieta Eugenia.
La residencia real oficial de Escocia es el Palacio de Holyrood situado en Edimburgo.
La historia del Castillo de Balmoral, el favorito de la Reina Isabel II
Durante todo el día el príncipe Carlos, su esposa Camila y su hermana, la princesa Ana, estuvieron al lado de la reina Isabel II acompañándola.
La historia de dicha propiedad cuenta que el rey Roberto II de Escocia tenía un pabellón de caza en las inmediaciones y, según los registros, en 1390 William Drummond construyó una residencia en la zona de Balmoral.
Recién en 1848, la residencia se convirtió en real fue alquilado a la reina Victoria I, tatarabuela de Isabel II. Les fue tan cómodo el sitio y les gustó tanto que decidieron comprarlo por 30.000 libras. Fue ampliado por el príncipe consorte para así adecuarlo a las necesidades de la reina.
Durante la Segunda Guerra Mundial y tras el fallecimiento de Lady Di, el castillo de Balmoral fue el refugio de la familia real.
La propiedad tiene 260 kilómetros cuadrados y a la monarca le encanta porque es una ‘herencia’ que le dejó su madre.
Esta propiedad es un gran atractivo turístico y motor económico de la zona, recibe a unos 85.000 visitantes cada año; sus habitaciones y los jardines son de los más recorridos.
En 1974, se inauguró un área protegida alrededor de Loch Muick y Lochnagar como reserva natural para así poder presentarle a los visitantes la belleza natural de la región.