Hoy más que nunca, encontrar momentos de calma y tranquilidad es esencial para mantener el equilibrio en nuestras vidas, especialmente cuando el estrés parece apoderarse de todo.
Si te sentís abrumado por la rutina diaria y buscás algo que te ayude a relajarte, el mindfulness puede ser la herramienta perfecta para reducir el estrés y encontrar paz interior, y lo mejor es que podés empezar en la comodidad de tu casa.
1. Establecé un espacio tranquilo y cómodo
Lo primero que necesitás es un lugar en tu casa donde puedas estar tranquilo, sin interrupciones. No tiene que ser un rincón especial o complicado, puede ser una silla cómoda en tu comedor, un rincón de tu habitación, o incluso un lugar en tu terraza si tenés.
La clave está en que sea un espacio donde puedas desconectarte del ruido y las distracciones del día a día. Si te resulta útil, podés agregar una manta o cojín para mayor confort.
2. Respiración consciente: tomá aire profundamente
Una vez que tengas tu espacio listo, comenzá a centrarte en tu respiración. Cerrá los ojos y prestá atención a cómo entra y sale el aire de tus pulmones.
Es fundamental que respires profundamente, de forma lenta y controlada. Cuando exhalás, tratá de liberar tensiones y pensamientos que puedan estar dando vueltas en tu cabeza.
Este ejercicio, aunque parezca simple, tiene un impacto muy potente en tu sistema nervioso, ayudando a disminuir la ansiedad y el estrés.
3. Aceptá el momento presente sin juzgar
El mindfulness tiene mucho que ver con aceptar lo que está pasando en este mismo instante, sin intentar cambiarlo o juzgarlo.
Durante tus minutos de práctica, tratá de estar presente en lo que sentís y pensás sin tratar de controlarlo. Si surge algún pensamiento, no lo rechaces ni te frustres, simplemente reconocelo y volvé a enfocarte en tu respiración.
Es normal que tu mente se disperse, lo importante es volver a redirigir tu atención con amabilidad hacia el momento presente.
¿Por qué lo vas a notar?
Lo mejor de todo es que, aunque al principio puedas pensar que no estás haciendo mucho, con el tiempo te vas a dar cuenta de los efectos positivos.
Practicar mindfulness, aunque sea por unos minutos al día, ayuda a reducir los niveles de cortisol (la hormona del estrés), mejora la concentración, y te ayuda a estar más tranquilo frente a situaciones que normalmente generarían ansiedad o presión.