Cómo empezar con mindfulness en casa y reducir el estrés en solo 3 pasos fáciles

Incorporar este tipo de prácticas en tu vida cotidiana es una excelente manera de empezar a gestionar el estrés de forma efectiva.

Cómo empezar con mindfulness en casa y reducir el estrés en solo 3 pasos fáciles
La rutina más fácil para arrancar con mindfulness

Hoy más que nunca, encontrar momentos de calma y tranquilidad es esencial para mantener el equilibrio en nuestras vidas, especialmente cuando el estrés parece apoderarse de todo.

Si te sentís abrumado por la rutina diaria y buscás algo que te ayude a relajarte, el mindfulness puede ser la herramienta perfecta para reducir el estrés y encontrar paz interior, y lo mejor es que podés empezar en la comodidad de tu casa.

1. Establecé un espacio tranquilo y cómodo

Lo primero que necesitás es un lugar en tu casa donde puedas estar tranquilo, sin interrupciones. No tiene que ser un rincón especial o complicado, puede ser una silla cómoda en tu comedor, un rincón de tu habitación, o incluso un lugar en tu terraza si tenés.

La rutina más fácil para arrancar con mindfulness
La rutina más fácil para arrancar con mindfulness

La clave está en que sea un espacio donde puedas desconectarte del ruido y las distracciones del día a día. Si te resulta útil, podés agregar una manta o cojín para mayor confort.

2. Respiración consciente: tomá aire profundamente

Una vez que tengas tu espacio listo, comenzá a centrarte en tu respiración. Cerrá los ojos y prestá atención a cómo entra y sale el aire de tus pulmones.

Es fundamental que respires profundamente, de forma lenta y controlada. Cuando exhalás, tratá de liberar tensiones y pensamientos que puedan estar dando vueltas en tu cabeza.

Este ejercicio, aunque parezca simple, tiene un impacto muy potente en tu sistema nervioso, ayudando a disminuir la ansiedad y el estrés.

La rutina más fácil para arrancar con mindfulness
La rutina más fácil para arrancar con mindfulness

3. Aceptá el momento presente sin juzgar

El mindfulness tiene mucho que ver con aceptar lo que está pasando en este mismo instante, sin intentar cambiarlo o juzgarlo.

Durante tus minutos de práctica, tratá de estar presente en lo que sentís y pensás sin tratar de controlarlo. Si surge algún pensamiento, no lo rechaces ni te frustres, simplemente reconocelo y volvé a enfocarte en tu respiración.

Es normal que tu mente se disperse, lo importante es volver a redirigir tu atención con amabilidad hacia el momento presente.

¿Por qué lo vas a notar?

Lo mejor de todo es que, aunque al principio puedas pensar que no estás haciendo mucho, con el tiempo te vas a dar cuenta de los efectos positivos.

Practicar mindfulness, aunque sea por unos minutos al día, ayuda a reducir los niveles de cortisol (la hormona del estrés), mejora la concentración, y te ayuda a estar más tranquilo frente a situaciones que normalmente generarían ansiedad o presión.

La rutina más fácil para arrancar con mindfulness
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