Es común que las tijeras de casa pierdan filo con el tiempo, pero antes de reemplazarlas, considera afilarlas. Es costumbre esperar al afilador que visita el barrio o la zona, pero no siempre resulta beneficioso el servicio o no lo hacen de manera adecuada, por eso te mostramos como hacerlo desde casa.
Cuando necesitamos cortar papel u otros materiales en casa, es esencial contar con unas tijeras bien afiladas. No solo nos permite obtener cortes precisos, sino que también evita dañar el filo de las tijeras o romper lo que estamos intentando cortar. Si no tienes un afilador de cuchillos a mano, te presentamos algunos remedios caseros que puedes probar.
Cómo afilar una tijera en casa
Una de las posibilidades más fáciles y económicas que podemos encontrar se trata del uso de papel de lija. En cualquier ferretería se puede encontrar esta herramienta que sirve para alisar las paredes o también es usado para quitar la pintura de las mismas. En esta ocasión, se usaría para afilar las tijeras del hogar.
El paso a paso es más que fácil y cómodo. Primero se debe sujetar un trozo de papel de lija de grano fino y doblarlo por la mitad. Luego, realiza cortes suaves y repetitivos en el papel de lija con las tijeras. Este proceso ayudará a eliminar pequeñas rebabas y a afilar las cuchillas. Es importante mantener un ángulo constante y deslizar las tijeras a lo largo del papel de lija durante el proceso.
Otra opción similar a esta es la que provee el papel de aluminio. Este método también ayuda a afilarlas al mismo tiempo que elimina las pequeñas irregularidades que ha obtenido en el tiempo debido al constante uso. Para llevar a cabo este proceso, se realiza lo mismo que con el papel de lija pero al doblarlo se lo debe hacer en varias capas.
Dos de las mejores técnicas japonesas para vencer la pereza
Hay 8 técnicas japonesas para vencer la pereza, compartidas por la cuenta de Twitter Discípulo del Crecimiento (@el_discipul0). Estos consejos provenientes de la cultura japonesa prometen ser útiles para superar la falta de motivación y lograr una vida más productiva y equilibrada.
La primera técnica es el Ikigai, que consiste en descubrir tu propósito en la vida. Encuentra aquello que te motive a levantarte cada mañana, algo que esté en sintonía con tus fortalezas, pasiones y las necesidades del mundo.
La segunda técnica es el Kaizen, que se basa en enfocarse en pequeñas mejoras diarias. No es necesario hacerlo todo de una vez, sino progresar poco a poco.