Una asociación de escuelas canadienses -que reúne a unas 30 escuelas católicas de nivel primario- informaron la destrucción literaria que se llevó adelante en 2019 a través de Radio Canadá. En esta iniciativa, difundieron que se quemaron 30 libros y se retiraron de las bibliotecas un total de 4.716 libros entre los que estaban “Astérix en América” y “Las aventuras de Tintín en América”.
Según informó el medio local, se quería realizar esta determinación en cada uno de los colegios, pero debido a la pandemia se ha retrasado. Con esta “ceremonia” se pretende acabar con los “estereotipos, racismos y la discriminación” hacia los pueblos originarios.
En este acto de “purificación” con llamas se incineraron 30 ejemplares y, posteriormente, se utilizaron las cenizas para plantar un árbol. El resto de libros se retiraron de las bibliotecas y no se los quemó por el temor a las protestas de padres y profesores.
Los estudiantes de estos colegios católicos de habla inglesa argumentaron que, “enterramos las cenizas del racismo, la discriminación y los estereotipos con la esperanza de hacer crecer en un país inclusivo donde todos puedan vivir con prosperidad y seguridad”.
De los casi 5.000 libros que han excluido están las siguientes obras de ficción: Tintín en América, Astérix en América, tres ejemplares de Lucky Luke o Pocahontas, pero también algunas enciclopedias y otras novelas.
La representante del Consejo Escolar de Providence, Lyne Cossette aseguró a Radio Canadá que estos ejemplares retirados “tenían un contenido obsoleto e inapropiado” y que los libros retirados que no quemaron “fueron reciclados o están en proceso de reciclaje”.
La autopresentada como guardiana del conocimiento indígena, Suzy Kies opinó que los originarios representados en esas obras infantiles eran “poco fiables, vagos, borrachos o estúpidos”, perpetuando de esta manera una imagen inadecuada.