Como a muchos artistas, la pandemia obligó a Flor Vigna a parar el ritmo frenético de trabajo que llevaba hace años y lejos de dejar pasar esa oportunidad de enfocarse en otras cosas, la actriz y bailarina decidió enfocar todo su esfuerzo al armado de su hogar.
Con el dinero que ganó con su paso por Combate, Bailando por un sueño y en las temporadas teatrales, la rubia se compró una casa vieja y se propuso restaurarla a nueva, algo que logró con creces. “Ésta es la razón por la que estoy medio desaparecida. Me voy a mudar dentro de unos meses a esta casita, que hoy en día está como medio podrida y hecha percha, pero de a poquito, y con mucho amor, le vamos a dar mucha onda”, adelantó en el momento de la cuarentena.
Y está a la vista que invirtió mucho tiempo trabajando en cada detalles para crear el ambiente perfecto. Apostó a un estilo pop y moderno, en el que usó todo tipo de recursos. Por ejemplo, el living tiene paredes de plantas sintéticas y un cartel con luces de neón que dije “Enjoy Life” que combinó con un sillón marrón clásico y una bicicleta con canasto a modo decorativo.
También creó un ambiente musical, con un piano eléctrico, una guitarra y algunos discos de vinilo colgados en la pared y luces led que le dan un toque divertido y bolichero. En los pisos tiene todo tipo de alfombras, bien coloridas y diferentes entre sí y algunos cuadros que aún no colgó. Por último, en el baño colocó unas luces rojas y en lugar de poner cerámica en las paredes, decidió empapelarlas con imágenes a modo de collage.
Flor Vigna cumplió su sueño de la casa propia
“Para mí es un sueño. Yo desde pibita siempre quise vivir en un lugar medio galpón, lleno de instrumentos, cuadros, de colores, un lugar enorme para bailar. Yo vengo de un lugar muy humilde y todo esto me lo gané laburando”, reveló en sus redes sociales.
”Vengo de un lugar donde los sueños son considerados fantasías para boludos y lograr todo esto laburando, la casa de mis sueños, después de venir de un lugar tan humilde y hacerla como yo quería, como una productora, donde vengan amigos y me cuenten sus ideas, donde pueda zapar, donde pueda tener un baño rarísimo y mientras cagas ver que se pierde más por miedo que por no intentar”, manifestó sobre los diseños que eligió, visiblemente emocionada.
Y concluyó. “Y toda esta locura que se empieza a hacer realidad, vale la pena. Entonces si hay alguien en tu vida que te trata de pelotudo por soñar, seguí con la tuya, por más cursi que parezca, sigamos adelante los soñadores, que son los más valientes”.
