La salsa de tomate casera es el alma de una buena pizza. Aunque en la actualidad existen muchas versiones y productos listos para usar, ninguna se compara con la receta tradicional que solían hacer nuestras abuelas.
Esta salsa, rica en sabor y sencilla en su preparación, captura la esencia de los ingredientes frescos y el amor por la cocina casera. A continuación, te contamos cómo recrear la salsa de tomate ideal para pizza, tal como la preparaban las generaciones pasadas.
Ingredientes
- 1 kg de tomates perita maduros
- 1 cebolla mediana
- 2 dientes de ajo
- 1 cucharada de aceite de oliva
- 1 cucharadita de azúcar
- Sal y pimienta al gusto
- 1 hoja de laurel
- Orégano y albahaca secos, al gusto (opcional)
Preparación
- Pelado de los tomates: El primer paso es pelar los tomates. Para hacerlo fácilmente, haz una pequeña cruz en la base de cada tomate y sumérgelos en agua hirviendo durante 30 segundos. Luego, colócalos en agua fría para que la piel se desprenda con facilidad.
- Cocción de la salsa: Pica los tomates pelados en cubos pequeños. En una cacerola, calienta el aceite de oliva y sofríe la cebolla picada finamente hasta que esté transparente. Agrega los dientes de ajo machacados y cocina por un minuto más, cuidando que no se quemen.
- Reducción: Añade los tomates a la cacerola junto con la hoja de laurel. Cocina a fuego bajo durante 25-30 minutos, removiendo ocasionalmente para evitar que se pegue. Si prefieres una textura más suave, puedes triturar los tomates con un prensador o procesador.
- Ajuste de sabor: Retira la hoja de laurel y sazona con sal, pimienta, una pizca de azúcar para equilibrar la acidez, y las hierbas secas al gusto. Cocina 10 minutos más y deja enfriar.