El murciélago “cabeza de martillo” o “cabeza de alce” es una de las especies más sorprendentes del mundo. Si bien a muchas personas les aterra su apariencia, en realidad no hay nada que temer. Incluso, este animal encierra algunas particularidades respecto al temido virus del ébola, por lo que es seguido por la ciencia.
¿Cómo es el murciélago “cabeza de martillo”?
El Hypsignathus monstrosus es un murciélago frugívoro -se alimenta de frutos- que pertenece a la familia Pteropodidae. Además de su característico hocico, comúnmente es famoso por su gran tamaño: puede medir de 17 a 28,5 cm y pesar entre 218 y 450 gramos. Con estas medidas, está considerado como el mayor murciélago de África.
Se encuentra en distintos hábitats del oeste y centro del continente africano, pero especialmente prefiere manglares, pluviselvas y palmerales.
La atención, por supuesto, se la lleva su cara. Al ser súper alargada y casi diabólica (o de caricatura, según quien lo aprecie), muchos usuarios que ven fotos del murciélago cuestionan su veracidad. Pero nada más cerca a la realidad.
“Estoy simplemente asombrada por los murciélagos frugívoros con cabeza de martillo (Hypsignathus monstrosus). El primer plano de cualquier rasgo, ojo, pelo, nariz, oreja, ala o pie es extraordinario. En la mano, los bigotes aparecen en patrones aparentemente únicos para cada individuo, y los pliegues nasales y labiales de los machos adultos, como el que se muestra, brindan un acabado escultural al aspecto general de la cabeza de un alce”, destacó en su blog Sarah Olson, directora asociada de salud de la vida silvestre en la Wildlife Conservation Society (WCS).
¿Por qué el murciélago cabeza de martillo es crucial para la lucha contra el ébola?
Olson y sus colegas estudiaron estos murciélagos bastante esquivos al ser humano durante varios años, con el propósito de comprender mejor su ecología y comportamiento. Quizá esto también pueda resultar de vital importancia en el futuro, considerando todas las dificultades de la pandemia (y su asociación al murciélago) que aún están frescas en la mente de todos.
Sin embargo, el aporte a la ciencia no va exactamente por el nuevo coronavirus, sino por otro brote, que también trajo fallecimientos en África: la enfermedad por el virus del ébola.
Es que el cabeza de martillo es una de las tres especies de frugívoros que pueden infectarse asintomáticamente con el ébola, aunque los científicos aún tienen que establecer si la especie es un huésped incidental o un reservorio del virus.
“Aparte de las amenazas a la salud humana, este virus mortal está relacionado con la disminución masiva de las poblaciones de gorilas de las tierras bajas occidentales en el Congo y Gabón. Nuestro trabajo como científicos es encontrar una manera de prevenir los brotes de ébola y ayudar a conservar estos murciélagos para las generaciones futuras, un murciélago a la vez”, señaló Olson.