Es costumbre que cada vez que termine un festejo o reunión, los vasos descartables terminen llenando el tarro de la basura, dado que lavarlos a veces hacer que se rompan y no tienen otro uso próximo. No obstante hacer eso, nos ha hecho perder la oportunidad de reciclarlos.
Si sos de esas personas que no los han tirado o que aún no los usa y los compraste para tener por las dudas, llegó el momento de darles utilidad.
Por medio del reciclaje vas a brindarles una nueva oportunidad a los vasos, del tamaño que sea que tengas. En esta ocasión, se convertirán en macetas de cemento.
El proceso para crear unas espectaculares macetas de cemento a partir del uso de vasos de plástico ha recorrido las redes sociales y una de las creadoras de contenido es @moira.conkreta.
La usuaria detalla cómo se hace paso a paso estas manualidades que llevan pocos materiales. Además de los vasos, que deben ser al menos dos (uno inicial y uno más grande, dependiendo el tamaño de la receta) se precisan 3 palitos de madera rectangulares del mismo largo que el vaso grande, cemento en cantidad necesaria y pegamento.
Una vez que tenemos todo, es momento de poner manos a la obra para crear estas macetas con los vasos de plástico que ibas a tirar.
El paso a paso para hacer macetas de cementos con vasos plásticos
- Sobre el borde de todo el vaso plástico chico vas a colocar pegamento, para luego darlo vuelta y pegarlo a la base del vaso plástico de mayor tamaño.
- Añade los tres palitos rectangulares de madera sobre el segundo de estos vasos. Los vas a adherir uno en cada punta con ayuda del pegamento.
- Cubrir la totalidad del vaso plástico más grande con el cemento. Con tus manos, y sobre la superficie de trabajo, vas a darle golpecitos al vaso para que el cemento se adhiera por dentro.
- Despega con ayuda de aceite u otro material que tengas la nueva maceta de los vasos de plástico. Ahora estará lista para lucir fantástica en tu jardín o dentro de tu hogar.
Si lo deseas, podrás pintarlas, decorarlas o agregarle accesorios, pero para eso debes asegurarte de que esté totalmente seca y en lo posible, no haberle puesto ya la tierra.