Albert Einstein fue padre de tres pero... ¿qué fue de ellos?

El destino de la primera hija es un misterio mientras que el segundo se consagró por mérito propio. ¿Y el tercero?Enteráte en esta nota.

Albert Einstein fue padre de tres pero... ¿qué fue de ellos?

Albert Einstein es una de las personas que pasaron a la historia de la humanidad. De su vida privada no se ha hablado casi nada y ahora la noticia es sobre su paternidad y los tres hijos que tuvo con su primera esposa Mileva Maric.

En “Einstein Papers Project” se ha reunido, traducido y publicado miles de documentos del físico, precisamente las cartas y documentos del Nobel alemán, con los que se ha podido trazar un esbozo de su lado humano, diferente al científico. Esta es una iniciativa del Instituto de Tecnología de California, que cuenta con el patrocinio de la Universidad de Princeton de Estados Unidos y la Universidad Hebrea de Jerusalén.

Lieserl es la primogénita de Albert; nació en 1902 y los registros de su vida se pierden después de los dos años. “Puede ser que la hayan dado en adopción o que haya fallecido. Simplemente no lo sabemos”, explica Ze’ev Rosenkranz, editor y subdirector de Einstein Papers Project, a la BBC.

“¿Está sana? ¿Y llora convenientemente? ¿Cómo son sus ojos? ¿A cuál de nosotros se parece más? ¿Quién le da la leche? ¿Tiene hambre? Debe ser completamente calva. Todavía no la conozco y la quiero tanto”, se lee en un escrito de Einstein, desde Suiza, a su mujer que estaba en Serbia. Texto que corresponde a una carta del físico encontrado en la biografía titulada “Einstein, his life and universe”, de Walter Isaacson.

Los padres del científico se opusieron a su unión con Mileva porque consideraban que arruinaría el futuro, según revela Hanoch Gutfreund, coautor del libro “Einstein on Einstein: Autobiographical and Scientific Reflections”. “Incluso le advirtió que si quedaba embarazada iba a ser un desastre. En esos días, un embarazo antes del matrimonio era un escándalo gigante”, suma.

La relación comenzó cuando ella tenía 23 y él 19, al conocerse en el Instituto Politécnico de Zúrich. “Mis padres lloran por mí casi como si me hubiera muerto. Una y otra vez se quejan de que yo mismo me he acarreado la desgracia por mi devoción hacia ti. Creen que no eres sana”, escribió Albert.

El compromiso continuó y nació Lieserl. En ese momento, el flamante padre tenía una profunda preocupación de cómo tener a la niña con ellos y hasta tuvo la chance de conseguir un empleo en la Oficina Federal de la Propiedad Intelectual. “No quisiera tener que renunciar a ella”, le expresó a su enamorada.

Por aquellos años, tener un hijo ilegítimo representaba una gran dificultad para escalar en la sociedad y Einstein aspiraba a convertirse en un respetado funcionario público. Isaacson asume la posibilidad, a través de una “críptica insinuación”, de que una amiga cercana a la madre, pudo haberse hecho cargo del cuidado de la niña.

Pero nada está comprobado y la última mención de Lieserl se da en una carta, por la cual se sabe que contrajo escarlatina. Pero después no hay registros. Según Rosenkranz, “hubo historiadores y periodistas que fueron a Serbia y trataron de encontrar sus rastros, buscaron documentos, registros, en archivos y repositorios, pero no tuvieron éxito”.

Un año después de casarse con Mileva, en 1903, nació su segundo hijo Hans Albert y siete años más tarde, llegó al mundo Eduard, cuando la familia vivía en Zúrich.

“Cuando mi madre estaba ocupada en la casa, mi padre dejaba de lado su trabajo y nos cuidaba durante horas, mientras nos balanceábamos sobre sus rodillas. Recuerdo que nos contaba historias y a menudo tocaba el violín en un esfuerzo por mantenernos callados”, recordó Hans Albert, de acuerdo con Isaacson.

La salud de Eduard era frágil, estuvo postrado en cama durante dos semanas, lo cual deprimía a Einstein. Este heredero llegó a convertirse en un excelente estudiante, interesado en las artes, composición, poesía y tocaba el piano. Incluso habría entablado discusiones con su padre sobre música y filosofía, lo cual, según Einstein, demostraba que se fijaba en las cosas importantes en la vida.

Con el paso de los años, el matrimonio de Einstein se fue deteriorando y él sentía rechazo hacia ella. Fue por eso que el físico entabló una relación amorosa con su prima, Elsa. En 1919 el divorcio era inminente y el separarse de sus hijos fue duro pero trató de mantener una sólida relación con ellos.

Los visitaba y llevaba de vacaciones y cuando ya eran mayores, pasan tiempo juntos en Berlín e intercambiaban cartas con frecuencia.

A su hijo menor, Eduard, le diagnosticaron esquizofrenia mientras estudiaba medicina, en 1933, y debió ser hospitalizado en una clínica psiquiátrica en Suiza.

Tras el fallecimiento de Mileva, en 1948, Einstein pagó un guardián legal para que hiciera las gestiones correspondientes para internarlo por lo que su último heredero pasó sus días en una clínica psiquiátrica y falleció de un accidente cerebrovascular en 1965.

Hans, el mayor de los hijos varones, estudió Ingeniería Civil en la Escuela Politénica Federal de Zúrich, se graduó en 1926 y en 1936 se tituló como doctor en Ciencias Técnicas. De acuerdo a una reseña de la BBC, en 1938 y por consejo de su padre, el ingeniero emigró a Estados Unidos y continuó con sus estudios sobre transporte de sedimentos.

Hans Albert fue profesor de ingeniería hidráulica en la Universidad de California, Berkeley y su trabajo sirvió a ingenieros de otros países. Fue concebido como un maravilloso maestro, por lo que Einstein le escribió en una carta un elogio por heredar “la característica principal de mi propio carácter: la capacidad de elevarse por encima de la mera existencia dedicándose persistentemente a lo mejor de su capacidad para lograr una meta impersonal”.

En 1988, la Sociedad Estadounidense de Ingenieros Civiles (ASCE) creó el premio Hans Albert Einstein Award, para reconocer las contribuciones en ese campo y Simon Winchester, autor de “The End of The River”, dijo que Hans Albert tuvo un rol clave en la construcción de la presa que retiene el río Mississippi.

Sin embargo, Rosenkranz destaca que como en toda familia, hubo desacuerdos entre padres de hijos. Por ejemplo, Einstein rechazaba al inicio la decisión de Hans Albert de estudiar ingeniería, así como tampoco aprobaba la mujer con la que se quería casar, Frieda. Años después aceptó ambas decisiones y dio la bienvenida a la familia a la esposa de Hans, que le daría 3 nietos.

Tras la muerte de Frieda, Hans se casó con la bioquímica Elizabeth Roboz. Murió en 1973, después de sufrir un infarto.

Los autores creen que ser hijo de una eminencia como Einstein no debió haber sido fácil. Eduard lo escribió: “A veces es difícil tener un padre tan importante porque uno se siente tan poco importante”, mientras que Albert dijo que “Habría sido desesperante si no hubiera aprendido a reírme de la molestia, desde la infancia”.

Albert Einstein el 18 de abril de 1955, de un aneurisma abdominal, en Nueva Jersey, Estados Unidos.

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