Por las manos de Servio

Con una fantástica tarde de su arquero, Independiente aguantó la mínima diferencia que consiguió en la etapa inicial y se trajo a Mendoza un valioso triunfo desde San Francisco.

Por las manos de Servio
Por las manos de Servio

El agua acumulada en el terreno hizo variar cualquier planificación previa. En algunos sectores el balón rodaba bien, en otros es como si lo frenara con un pie invisible y se detenía en seco. Y con el miedo de no dejar una pelota a medio camino que luego trajera inconvenientes, el juego de Independiente se tradujo rápidamente en buscar con envíos largos para Gautier, para que encare a los centrales rivales con su velocidad, o Pereyra, con la intención de que peine algún esférico en las alturas. Esta fue la fórmula para encontrar el gol. Bochazo cruzado de Modón que el “Flaco” peinó, Gautier se la dejó a Sanfillipo y Galanternik lo derribó dentro del área. Lamolina no dudó en sancionar pena máxima. Gautier con clase se encargó de poner en ventaja al Azul en suelo cordobés.

Algunas fallas permitieron que Sportivo Belgrano complicara a la Lepra en los primeros minutos cuando lo atacó con pelotazos cruzados a la espalda de los laterales, principalmente por el lado de Leandro Aguirre que sufrió cada ataque de Alfredo Ramírez. La zaga central alternó buenas y malas, principalmente Méndez, fuera de tiempo en algunos cierres.

Pese a que el estado del campo de juego no permitía transitarlo con pelota dominada, Dolci y Coronel intentaron darla algo de pausa para sacarle ritmo al local. Controlados los extremos del Verde, el equipo de Garnero se adelantó unos metros y plantó bandera en mitad de cancha.

Así salió a jugar la Lepra el complemento, más firme y tratando de no dejar espacios entre sus líneas. Arriba que quedaron muy aislados Pereyra y Gautier, peleando en soledad con cuantos defensores se toparan.

Y fueron casi 20’ de asedio de los cordobeses en los cuales Servio se puso el traje de figura y armando una muralla frente a su arco. Buscando aire, Garnero mandó a la cancha a Silva y a Villarreal.

La Lepra aguantó hasta el final con dos líneas de cuatro bien plantadas en su propio arco y apostando a algún contragolpe para definir el asunto. Con este fin entró García, aunque careció de compañía cada vez que le llegó el balón.

Pero parecía que el destino indicaba que los mendocinos debían sufrir hasta la última pelota. Pero siempre apareció su arquero, la figura. Gracias a las manos de Servio el Azul se quedó con los tres puntos.

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