Según los datos del Instituto de Desarrollo Rural (IDR), Mendoza es la principal productora de damasco del país pero después de las heladas sufridas en setiembre y octubre, éste pasará a ser un dato anecdótico ya que, según los referentes del sector, “no ha quedado prácticamente nada”.
El último informe presentado por el IDR en 2015 daba cuenta que la superficie efectiva de damasco disminuyó en la provincia desde 2012: de 1.524 a 1.149 hectáreas. Esta disminución se debe principalmente porque las plantaciones que se han abandonado y erradicado.
Raúl Aruani, gerente de la Asociación de Productores y Exportadores de Frutas (Aspeff), fue tajante al resaltar que “no quedó prácticamente nada” debido a las heladas sufridas durante setiembre y octubre.
Remarcó que “si bien dentro de todo se mantiene la superficie cultivada, bajó la cantidad que se produce, sobre todo por la falta de cuidados, poda y limpieza que requiere esta fruta”.
El mayor afectado por esta situación es el Sur de la provincia, lo que genera otro inconveniente, ya que en esa zona se encuentran instaladas las pulperas.
Lo poco que se pueda cosechar en el Este no puede llegar hasta allá por las barreras sanitarias impuestas, por lo que “los productores de la zona Este prácticamente tiran la producción en la ruta”, debido a que el principal destino que tiene el damasco es la molienda para la elaboración de pulpas concentradas y mermeladas y, muy en menor medida, el consumo en fresco y en tercer lugar el desecado de damascos.
La superficie plantada de esta fruta se concentra principalmente en dos regiones: el Sur de Mendoza, que es la principal productora de damasco ya que contiene el 65,8% de la superficie, liderada por el departamento de San Rafael con 77 % de la superficie de la región y, en un segundo lugar de importancia, se encuentra la región Este con 27,9 % de la superficie, dentro de la cual los departamentos más importantes son San Martín, Santa Rosa y Rivadavia.
El director de la Cámara de Comercio Industria y Agropecuaria de San Rafael, Claudio Manrique, manifestó que se perdió todo en el Sur provincial. “Estimamos que son 8 millones de kilos de damasco lol que se perdieron. Todo por efecto de la helada”.
Lo único positivo que sacan los consultados por Los Andes, es que aquellos que cuenten con algo de producción van a poder venderla en buen precio, principalmente porque no habrá mucho en el mercado.
“Nosotros calculamos que en Mendoza se están produciendo 16 millones de kilos de damasco, por lo que las pérdidas por heladas, basados en las denuncias de los productores, estarían por lo menos en un 50%”, remarcó Manrique.
Ante la caída de las superficies cultivadas en la provincia, la razón que esgrimen los consultados es que se trata de un producto poco rentable que en general no tiene precio y que en 2015 los valores que se pagaron fueron muy bajos.
Lo que preocupa es que generalmente el damasco marca el precio que se pagará de la fruta que viene después, como puede ser el durazno, siempre hablando de la producción de pulpa.
El problema de la producción de damasco se agrava si se tiene en cuenta que el segundo productor más importante del país, San Juan, también sufrió mucho las heladas y tampoco tendrá una muy buena producción este año.
El cultivo de damasco en Mendoza presenta particularidades tales como la cosecha, que se concentra en los meses de noviembre y diciembre.
Este dato no es menor ya que significa que es la primera cosecha del año agrícola para un productor frutícola, exceptuando al productor con cereza, también por encontrarse en su gran mayoría como cultivo secundario (o sea acompañando a otros cultivos) y estar implantado en un alto porcentaje de propiedades en trincheras o plantas aisladas.
En el informe de cosecha realizado por el IDR en 2015 se muestra que la provincia de Mendoza es la principal productora de damascos de Argentina, y ha demostrado una sostenida tendencia descendente durante el período 1998/99 hasta la última campaña considerada 2009/2010.
Sin pronóstico este año
Pasó con la cereza y el damasco. El IDR este año no realizó el informe de cosecha para estas frutas. En el caso de la cereza, los productores afirmaron que el daño por heladas resultó ser mucho menor del que se esperaba, por lo que calcularon una cosecha normal.
Para el damasco, la situación es muy diferente y se calcula que las pérdidas superarían el 50%.
El propio informe del organismo oficial de 2015 destaca que se realizaron mediciones de pronóstico de cosecha a campo en temporadas consecutivas (2011, 2012, 2013, 2014 y 2015).
Las mediciones realizadas en el momento de pronóstico (octubre) consisten en determinar la cantidad de fruta (carga frutal) y el tamaño y peso de los frutos. La estimación anticipada de cosecha es una herramienta crucial en la planificación del sector frutícola.