Por las elecciones, Macri modificaría en parte su gabinete

Muchos de los actuales ministros son considerados potenciales candidatos en sus distritos. Otros tendrían un lugar en una lista para disimular su floja performance.

Por las elecciones, Macri modificaría en parte su gabinete

Pronto habrá más cambios en el Gobierno, que se sumarán al reemplazo de Alfonso Prat Gay por Nicolás Dujovne y Luis Caputo. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, les informó a los funcionarios de la primera línea del Ejecutivo que marzo será un mes de definiciones, y ya no sólo vinculadas con su desempeño, sino con las elecciones: el presidente Mauricio Macri tiene decidido mandar a algunos de sus ministros de candidatos, sin importar que sean de la UCR o del Pro.

Así lo afirmaron a este diario fuentes de la Casa Rosada, quienes indicaron que “lo que va a hacer el Gobierno es un análisis de todos los ministros que podrían ser candidatos y descartar los que considere necesarios en el equipo”.

“A todos ya los están midiendo (en encuestas). Cambios va a haber”, afirmó a este diario un funcionario de la Jefatura de Gabinete, en su despacho del edificio de la ex Somisa.

El jueves, en Santa Fe, Macri dijo que “preferiría que todos se queden en su tarea”, aunque sin descartar modificaciones. Y lanzó: “Lo que necesito es velocidad en la solución de los problemas porque hay mucha gente que la está pasando mal”.

A las salidas por necesidades electorales también se les sumarán aquellas vinculadas al rendimiento: cada área de Gobierno debía realizar el martes pasado la primera carga en el Sistema de Monitoreo de Gestión puesto en vigor por Peña para evaluar el trabajo de los funcionarios. El Presidente ya está disconforme con varios.

Los intocables

En el equipo de Macri sólo hay tres intocables: Peña y dos de sus subalternos, los secretarios de Coordinación de Políticas Públicas, Gustavo Lopetegui, y de Coordinación Interministerial, Mario Quintana. “Ellos son mis ojos y mi inteligencia y cuando ellos piden algo lo estoy pidiendo yo”, subrayó el Presidente ante todos sus funcionarios en diciembre, en una reunión de Gabinete Ampliado. El mensaje fue claro: nadie es irreemplazable, salvo este terceto.

La confirmación de aquel mensaje se produjo este año: Carlos Melconian y Daniel Chaín fueron despedidos de sus cargos -presidente del Banco Nación y secretario de Obras Públicas- mediante sendas llamadas realizadas desde la Jefatura de Gabinete. Los dos echados son amigos de Macri.

Los que seguirían

Sin perjuicio de Peña, Quintana, Lopetegui, hay funcionarios que tienen más chances que otros de continuar en sus cargos, por sus desempeños relativamente destacados y por ser desconocidos en el electorado o por diversas circunstancias político-electorales que hacen que sea inconveniente llevarlos de candidatos.

Entre ellos, la canciller, Susana Malcorra: es la cara del Gobierno ante el mundo, pero en el país no tiene base territorial ni trayectoria política. También, los ministros de Energía, Juan José Aranguren; de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao; de Interior, Rogelio Frigerio; de Modernización, Andrés Ibarra, y de Transporte, Guillermo Dietrich.

Dietrich viene de la gestión de Macri en la Ciudad de Buenos Aires. El ministro de Transporte dispone de un elevado presupuesto para la realización de obras públicas, que es una de las grandes apuestas del Gobierno para este año. No se iría.

La ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, también tiene altas chances de seguir porque cumple un rol valorado en la contención de las organizaciones sociales y sus protestas, aunque en el Ejecutivo consideran que puede ser un nombre fuerte en la lista de la provincia de Buenos Aires, cuya campaña será encabezada por la gobernadora María Eugenia Vidal.

Por su parte, una candidatura de Aranguren “no va a caminar”, descuentan en el oficialismo, porque Macri lo quiere donde está y porque, justamente, el hecho de estar donde está hace que sea antipático para el electorado: es el rostro y la voz de la suba de tarifas de servicios públicos.

El ministro de Turismo, Gustavo Santos, también seguiría: no aporta votos y es de Córdoba, donde Cambiemos ya tiene candidatos “de sobra”.

También figuran entre los que con mayor certeza no serán candidatos los ministros de Salud, Jorge Lemus, y de Trabajo, Jorge Triaca; el presidente del Enacom, Miguel Ángel de Godoy; los directores de la AFIP, Alberto Abad, y de la Anses, Emilio Basavilbaso; el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis; el jefe del Sistema Federal de Medios Públicos, Hernán Lombardi, y los recientemente nombrados ministros de Hacienda, Dujovne, y de Finanzas, Caputo.

Los que podrían emigrar

El resto de las figuras del Gabinete, con mayores o menores posibilidades, podrían ser lanzados a la arena electoral y otros, simplemente desplazados.

El objetivo central de la Casa Rosada para 2017 es lograr la mayor cantidad de bancas en el Congreso para ganar gobernabilidad y afianzar Cambiemos como proyecto político.

En esta lista de prescindibles figuran los ministros de Producción, Francisco Cabrera; de Cultura, Pablo Avelluto; y de Ambiente, Sergio Bergman, cuyos desempeños no aparecen entre los destacados. El caso más ostensible es el del rabino: fuentes gubernamentales dicen que una “salida elegante” del Gabinete sería ofrecerle ser candidato nuevamente a diputado por la ciudad de Buenos Aires, en una lista que quieren que encabece la líder de la Coalición Cívica-ARI, Elisa Carrió.

Otros posibles funcionarios candidatos son los ministros de Seguridad, Patricia Bullrich, de larga trayectoria parlamentaria y con niveles de adhesión considerables en el electorado porteño; de Justicia, Germán Garavano; de Educación, Esteban Bullrich; de Comunicaciones, Oscar Aguad; de Agroindustria, Ricardo Buryaile, y de Defensa, Julio Martínez; así como el jefe del Plan Belgrano, José Cano. Estos tres últimos, de clara pertenencia radical.

El exsenador tucumano es la principal figura de la oposición en su provincia y en Cambiemos confían en que haría una muy buena elección allí. Pero a Cano, que aspira a ser gobernador, no le convendría presentarse para competir contra postulantes peronistas de menor tamaño que José Alperovich, senador, y Juan Manzur, gobernador, quienes no participarán de esta contienda.

Inclusive, por el aparato del oficialismo tucumano, la candidatura a diputado de Cano este año sería una jugada de alto riesgo, porque podría perder o a lo mejor ganar por escaso margen, lo que lo dejaría mal parado de cara a 2019.

Distinto es el caso de Martínez, a cuya posible candidatura en la Casa Rosada miran con ambición, porque La Rioja este año elige senadores nacionales y Cambiemos no tiene representantes de esa provincia en la Cámara alta.

Si Martínez -que como postulante a gobernador de La Rioja perdió en 2015 contra el peronista Sergio Casas pero cosechó casi el 40% de los votos- se presenta este año, Cambiemos ganaría con seguridad al menos una banca nueva en el Senado. De todas maneras, dirigentes radicales señalan que el riojano está “muy cómodo” en su puesto de ministro.

Aguad, a su vez, seguiría en su cargo, porque en Córdoba se libra una silenciosa disputa entre el sector radical que lideran los Mestre y Mario Negri, que quieren la cabeza de la lista, y el macrismo, que pretende que ésta sea para Héctor Baldassi.

En la Rosada también quieren que el ruralista y ex diputado Buryaile lidere la lista de candidatos a senadores por Formosa, pero en ese afán se choca con la parada del actual senador Luis Petcoff Naidenoff, también radical pero enfrentado sin chance de tregua con el ministro de Agroindustria.

Naidenoff quiere renovar su banca por otros seis años y ya avisó que si Macri lo manda a Buryaile a postularse, habrá pelea interna radical en las PASO de agosto.

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