Con un año marcado por la suba de precios y desplome de ventas traspasando todos los rubros, los ánimos festivos no están golpeando la puerta de las empresas. Según un grupo de organizadores de eventos, la demanda por festejos empresariales ha caído con respecto al año pasado alrededor de un 20%, según diversas fuentes del sector.
Además, a modo de ahorro, las fiestas mutaron de cenas a almuerzos y, de ser multitudinarias, este año sólo se concentran en agasajar a algunos pocos ya sean empleados, proveedores o clientes.
“En nuestro caso un 80% de los eventos empresariales está dirigido a los trabajadores y, el resto, a los proveedores” apuntó Pablo Nicito, de Pablo Nicito Catering.
Según Eventos Garabedian, los agasajos este fin de año también están dirigidos a los clientes, especialmente si se trata de lanzamientos de nuevos servicios o productos como otra forma más de publicidad.
La tónica de esta temporada, en algunos casos, es transformar los eventos empresariales como otra acción que apuntala el plan de marketing y posicionamiento de marca de las firmas.
Una prestadora de servicios para empresas remarcó que varias bodegas suspendieron sus fiestas de fin de año con los empleados y sólo realizaron el de fin de cosecha con proveedores y clientes. Los directivos han ponderado el poder mantener el 100% del staff y reducir gastos en otros rubros para afrontar la crisis.
La temporada actual luce también deprimida para la firma Luis Enrique. proveedora de mozos. La caída de la demanda lo marca el arranque de temporada. El año pasado hacia fines de octubre estaban trabajando a full, en cambio éste recién hace unos días que han comenzado con sus servicios de eventos.
El detalle no es menor ya que la temporada alta de agasajos empresariales empieza en agosto y continúa hasta diciembre pero este 2014 se ha bajado el ritmo en forma recurrente, según los testimonios.
Inflación a la vista
Lo que sí ha crecido son los presupuestos de los menúes que, por persona, en promedio han tenido subas de un 25%. "Hemos tenido que trasladar la inflación real, esto es los incrementos que tenemos en forma muy seguida con los proveedores a los valores de los menúes.
Esto lo establecemos en las cláusulas de los contratos, donde les anunciamos en la letra escrita a los clientes que el precio está sujeto a la inflación”, señalaron desde Lola Mora.
Esta temporada y según los prestadores, los precios más económicos por persona pueden arrancar desde los $ 300 hasta superar los $ 1.200.
En cuanto a los presupuestos de las empresas gastronómicas siguen siendo flexibles y se adecuan según los servicios anexos que van desde seguridad, recepcionistas, promotoras, menúes, valet parking hasta la higiene de los baños. También cuenta mucho el tipo de bebida que acompañen los menúes así como el servicio de barra.
Los grandes prestadores de servicios, aquellos que poseen capacidad para realizar reuniones de más de 500 comensales, sienten la caída general y aseguran que los presupuestos son más analizados y discutidos que otras veces.
Desde una firma de eventos en Luján conocida por su capacidad en realizar fiestas de fin de año para empresas, afirmaron que ahora las celebraciones empresariales son durante la semana y dejaron de ser cenas para convertirse en almuerzos.
La empresa tiene toda la temporada vendida de sus salones. Sin embargo y a diferencia del año pasado, hay varios viernes libres y para febrero no poseen aún ningún tipo de reserva, contrario a lo que sucedía otros años que tanto empresas como particulares se apuraban a guardar su día.
En el caso de Los Fuegos Cocina Argentina, admitieron no sólo caída en la demanda de las fiestas de fin de año sino que las pequeñas firmas sienten más la baja que los grandes prestadores.
Explican que la lógica comercial de este sector en particular marca que cuando los grandes salones están desbordados en su capacidad y reservas, son las empresas medianas los que absorben la demanda. En 2014, dicha dinámica comercial está muy lejos de lo que ocurría en otras temporadas.
El encanto de lo pequeño
Así, este año la demanda llega a cuentagotas a los salones de fiesta y, en ese panorama, ni siquiera los eventos privados han sostenido el declive de la demanda.
En otras oportunidades, los eventos de fin de año eran sostenidos por las bodas y cumpleaños de 15, pero este año hasta ese rubro demuestra achiques.
Las fiestas de 350 personas son una rareza y hoy los privados también realizan recortes y los eventos más multitudinarios escasamente llegan a los 200 comensales.
En cuanto a lo que puede deparar 2015, los prestadores son cautos. Los pedidos para fiestas en marzo, época que marca los festejos vendimiales, no son muchos y las reservas aún no llegan al caudal esperado.
En suma, hasta el momento los proveedores de eventos en la provincia no avizoran un repunte en la demanda de fiestas empresariales y ya rotulan la temporada que viene como bastante alicaída y muy similar a la actual.
Percepción empresaria de demanda estancada
Siete de cada ocho empresarios esperan que la demanda interna permanezca estancada o, incluso, disminuya durante el cuarto trimestre de este año respecto a 2013, según informó ayer el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
El dato cobra relieve luego de que la presidenta Cristina Fernández defendiera las políticas de incentivo al consumo interno como herramienta para sostener la actividad económica.
Según la Encuesta Cualitativa Industrial que publica el Indec, 66% de las empresas anticipa un ritmo estable en la demanda interna, mientras que 20,4% cree que caerá.
En este escenario apenas el 13,3% confía en un progreso de la demanda interna respecto del cuarto trimestre del año pasado. En consecuencia, el 94% de las firmas no tomará personal y 4% prevé una baja. El 79,8% de las empresas anticipa un ritmo estable de las horas trabajadas frente al tercer trimestre de 2013.