Frente a las medidas tomadas por el Ejecutivo nacional: de eliminar las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI) y la liberación de las importaciones, la llegada de productos de otros países podría ser eminente. Debido a esto, economistas y empresarios locales aseguran que el ingreso de alimentos de otros destinos puede repercutir en el estancamiento y mayor control de los precios ante las subas desmedidas que tuvieron algunos de ellos durante los últimos meses del año pasado y comienzos de 2016.
Esta señal de alarma se da en el siguiente contexto. Según publicó el martes el diario Clarín, de acuerdo con cifras oficiales, “las importaciones de carne de cerdo se duplicaron en lo que va del año respecto de los dos primeros meses de 2015, pasando de 728 a 1.510 toneladas. La cifra no es significativa respecto de la producción nacional, que supera las 30.000 toneladas mensuales. Pero ya en otras épocas el ingreso de carne fresca de cerdo desde Brasil actuó desalentando a los productores porcinos locales, porque deprimía los precios”.
Además, remarca el artículo, no sólo ingresó desde Brasil en el primer bimestre carne de cerdo brasileña. Hubo también cargamentos desde Dinamarca, que crecieron 70%, hasta 193 toneladas. Lo mismo, sucedió con el pescado: las importaciones saltaron 27%.
No obstante, la reaparición en escena de las importaciones de carne de pollo desde Brasil sería lo más llamativo ya que, según los datos del Senasa, en el primer bimestre ingresaron 70 toneladas después de muchísimos años en que ese flujo comercial había desaparecido.
Esto se suma a las conocidas declaraciones de ministros de Cambiemos, quienes alertaron sobre el ingreso de carne de vaca de Uruguay, con el objetivo de generar competencia y frenar los incrementos de precios que estaba teniendo este producto en las góndolas de los supermercados durante noviembre y enero.
Frente a esto, economistas y empresarios analizan dos realidades. Por un lado, lo que plantea el economista de Ideal, Rodrigo González, es que ante la mayor oferta de productos es de esperar que los productos de iguales características disminuyan o se mantengan.
Pero, por el otro, lo que teme este especialista es que ante la apertura del comercio exterior, la producción local, que había sido protegida por la gestión kirchnerista, se vea afectada. Por este motivo es que remarcó la importancia de que estas medidas se tomen con cautela.
Lo mismo plantearon empresarios locales ya que enciende la alerta sobre la protección del comercio local.
Según mencionó Antonio Olmo, propietario de Avícola Luján, ocupar las góndolas con pollo importado podría ser una grave consecuencia para la producción local.
Además, remarcó que este producto en particular ha ido bajando su precio desde que comenzó el año y prevé que siga haciéndolo, a pesar de que el consumo bajó un 4 por ciento desde enero. Estimó que puede llega a valer $ 30 el kilo. Hoy su precio está en los $ 34 el pollo fresco y $ 38 el pollo artesanal.
De este modo, el empresario precisó que el Gobierno nacional debe proteger la producción local. “Sobre todo -completó- teniendo en cuenta que empresarios argentinos están haciendo el esfuerzo para absorber aumentos de costos, como el de la energía, el posible incremento del gas, los aumentos salariales y no trasladar todos estos incrementos, al precio final”.
Rubén David, del mayorista Oscar David, que tiene entre sus unidades de negocio carnes de Mi Campo, remarcó que a pesar de todas las especulaciones, el ingreso de producción de carne de Brasil, Uruguay o Paraguay no es la solución a corto plazo para que los precios de productos de la vaca, de cerdo, pollo o pescado, disminuyan.
Según explicó, la mayoría de esos productos son más caros o tienen valores similares que los argentinos. Por esto, analiza que es difícil que los precios bajen, “aunque sí pueden estancarse”. Es así que el empresario señaló que para poder competir, los impuestos para el ingreso de productos deberían ser menores, “situación que creo que no pase, ya que así el Gobierno daría señales de favorecer productos importados por sobre los locales y eso no es lo que busca el Ejecutivo”.
Frente a esto, desde Oscar David remarcaron que “ésta no es la vía para que los precios se reduzcan”. De hecho, sentenció que lo importante sería que “el presidente Mauricio Macri favoreciera la producción de carne para que haya mayor oferta local. Así sí, podrán disminuir los precios de las carnes”.
Coincidió con estas declaraciones el economista Sebastián Laza, quien indicó que el objetivo del gobierno con la importación de alimentos no es justamente que bajen los precios sino que se modere y frene la escalada que estaban teniendo. De hecho, acentuó que “ante el guiño de traer carne de vaca de Uruguay, los precios de la mayoría de los cortes de carne se estabilizaron, y desde hace un mes que no suben”.
Agregó Laza: “No creo que el Gobierno quiera sustituir producciones. Es sólo un llamado de atención ante la concentración y especulación de los formadores de precios”. Asimismo, González concordó en que estas políticas son correctivas de posibles tendencias abusivas de los productores locales.