Hace no más de cinco años era muy común que se destacaran en las contraetiquetas de los vinos argentinos frases como “crianza en barricas de roble francés de primer uso”, sin embargo, desde que la crisis puso en aprietos a la industria y el mercado internacional dejó de requerir vinos con tanta madera, la compra de barricas es menor.
Datos de Caucasia Wine Thinking indican que en el primer semestre del año la compra de barricas cayó 18%, mientras que la de polvo de roble aumentó 35,6%.
De acuerdo con la última actualización de la serie “Maderas” del informe Inside Vino, producido por Caucasia Wine Thinking, en el primer semestre de 2015 se importaron 12.576 barricas, 171.913 kilos de duelas, 40.975 kilos de chips y 168.888 kilos de polvo de roble.
Salvo el polvo de roble, todos los demás productos cayeron respecto a igual período del año pasado. En el caso de las barricas, la caída en cantidad de unidades fue del 18% (2.780 barricas menos), en duelas del 1,8% y en chips del 8,6%.
Las importaciones de polvo de roble aumentaron 35,6% en volumen, 44.340 kilos más que en igual período. Si bien el principal origen de las barricas sigue siendo Francia, con el 67% de las unidades totales, fue este el origen que más cayó interanualmente.
“Hay que analizarlo puntualmente. Si uno mira las estadísticas, las barricas de alto precio y alta calidad no han caído sino que mantienen su nivel, pero es cierto que con la falta de competitividad en el exterior hay ciertas gamas de precios para las cuales antes se compraba barricas que ahora se han cambiado a otro segmento”, señala el winemaker Roberto de la Mota, de Mendel Wines.
Para De la Mota, también hay que tener en cuenta el cambio mundial en estilo de vinos, ya que los vinos tienden a buscar su propia identidad a través de la fruta y no con el aporte invasivo de la madera como un atributo extra.
"Hay que tener en cuenta que hay un cambio en el estilo de vinos que se bebe, que son más frutales y con menos madera", destacó de la Mota.
Son 93 las empresas que importaron barricas este primer semestre de 2015, 7 más que en igual período de 2014. Las 10 principales absorbieron el 46,5% del volumen total. El precio en promedio pagado por los proveedores de insumos en el primer semestre fue 14% inferior al que pagaron las bodegas, señala el reporte.
“No lo atribuyo tanto a la crisis, sino a que con el objeto de preservar un poco más las regiones o zonas de donde proviene la uva y que se identifique un lugar en los vinos, el uso de la madera ha mutado, lo que ha terminado cambiando sustancialmente en los últimos dos años. Y en este proceso es que las barricas de primer uso han sido reemplazadas por vasijas de mayor volumen como fudres, cubas, toneles, tinas o barricas de segundo y de tercer uso. Y esto es algo que está pasando en todo el mundo”, dijo Edgardo del Popolo, de bodega Dominio del Plata.
Datos surgidos del informe de Caucasia muestran que de las empresas que compraron barricas en ambos períodos (primer semestre de 2014 y de 2015) 49 pagaron menos este año, mientras que solo para 13 aumentó el precio de sus compras.
Walter Bressia, enólogo y presidente de Bodegas de Argentina, sostuvo que “tiene que ver un poco con la crisis y también con el cambio en el estilo de los vinos que estamos ofreciendo. He vuelto recientemente de una gira por Europa, en donde visité en Italia muchas bodegas que están trabajando con fudres de 5 mil, 7 mil y 10 mil litros con esta misma idea, es decir menos madera y más fruta. Se trata de una tendencia mundial”.
No obstante, Bressia no desconoció la crisis que atraviesa el sector y dijo: “La importación de barricas implica una fuerte inversión para poder incorporarlas. Muchos están haciendo la plancha, viendo qué sucede, para no inmovilizar capital. Hay que tener en cuenta que puesta en Argentina con todos los impuestos pagos una barrica de roble francés cuesta entre 900 y 1.000 euros, mientras que una barrica de roble (norte)americano está en los 500 dólares promedio”.