Por la crisis, los refugios de animales están desbordados

Así lo aseguran los proteccionistas. Dicen que se han incrementado los abandonos y que no pueden pagar el precio del alimento.

Por la crisis, los refugios de animales están desbordados
Por la crisis, los refugios de animales están desbordados

La crisis económica que vive la Argentina en estos últimos años no sólo afecta a las personas. Las protectoras de animales dicen estar desbordadas de perros y gatos que no tienen un hogar y que necesitan alimentarse. Para colmo, cuentan que todos los días se encuentran con animales que han sido abandonados porque sus dueños ya no pueden mantenerlos.

Según una información reciente del diario Clarín, se estima que en el país hay 20 millones de animales domésticos en el país, entre aquellos que están en la calle, los que viven bajo techo y los que alternan entre una y otra forma de vida.

Con estos datos a la vista, se entiende que las castraciones de animales que realizan los municipios no han dado resultado. Por ejemplo, desde Godoy Cruz informaron que se realizan 400 castraciones al mes, entre las que se hacen en el puesto fijo de esa comuna y los móviles. Desde Ciudad, en tanto, explicaron que son 2.800 las esterilizaciones que se han realizado en el año, es decir, unas 254 al mes.


    Marcelo Rolland / Los Andes
Marcelo Rolland / Los Andes

La voz de los refugios

Noelia Moreno Barrera va a su trabajo todos los días, pero además, dedica gran parte de su jornada a los perros, con los que mantiene un compromiso admirable. "Yo tengo más de 80 perros. En este momento los estoy llevando a un predio en Colonia Segovia porque he tenido problemas con los vecinos", cuenta. 

Por otra parte, agrega que lo que le pasa a la mayoría de quienes hacen esta tarea comunitaria es que están cansados, porque cada día aparecen más animales callejeros. "En verano nos morimos de calor y en invierno, de frío. Pero la verdad es que no podemos dejarlos a la deriva", dice.


    Gustavo Rogé / Los Andes
Gustavo Rogé / Los Andes

Diego, que tiene un refugio que lleva su nombre, se hace cargo de 100 animales, separados por tamaño y edad, en un lote de Corralitos. Admite que el panorama es muy complicado, se reconoce pesimista al respecto, pero dice que todo pasa por un cambio de mentalidad en los más chicos.

"Hay mucha gente a la que no le importa. En el último tiempo, sobre todo, ha aumentado la cantidad de animales abandonados. La situación económica es lo principal, pero también las castraciones de los municipios, que son insuficientes porque no van a la raíz del problema que son los barrios más pobres o las villas", indica el hombre.

Por su parte, Yaya García se hace cargo de 11 animales, aun con las dificultades que le plantea su parálisis cerebral. "Te los dejan tirados y en muy mal estado. Hay casos en que directamente están para morirse. No tenemos apoyo de nadie y para colmo todo empeoró", cuenta.

Yaya dice que el principal problema es la falta de conciencia porque, según ella, la gente no se compromete. "Yo siempre digo que la calle en sí no es mala. Lo que es malo es la indiferencia. Si hubiera una ayuda real a los refugios, esto cambiaría", subraya. 

¿Cómo subsisten?

Diego asegura que por día los animales que cuida comen 35 kilos de alimento. La bolsa más económica (que viene en envases de 20 o 25 kilos) cuesta $ 350. Así, gasta unos $ 700 diarios para poder darles de comer a todos los perros del refugio. "Me muevo mucho por donaciones, pero son reducidas", se lamenta el proteccionista. 

Noelia relata que hace sorteos para pagar lo que comen los perros a su cargo o para pagarles la veterinaria. Habitualmente, pide artículos para poder vender y con ese dinero, comprar comida. "Vendo en las ferias lo que me donan. A veces cuesta, porque te tenés que levantar muy temprano un domingo para hacer eso.


En Bermejo. Yaya García aloja en su casa una decena de perros y da de comer a otros en la calle. | Marcelo Rolland / Los Andes
En Bermejo. Yaya García aloja en su casa una decena de perros y da de comer a otros en la calle. | Marcelo Rolland / Los Andes

Otras veces voy a la esquina de San Martín y Gutiérrez (de Ciudad) y pongo una alcancía. Y otras veces recibo bolsas de gente que me conoce. Pero hay que hacer magia", se lamenta.

Noelia dice que trata de conseguir dos bolsas o cuarenta kilos por día y que para ella, cada vez que le llega una donación de alimento es como si fuera oro. "Hace por lo menos dos años que en las alcancías entra muy poco dinero", admite.

Yaya entiende que cuando la situación económica empeora, los animales son los que sufren. Por eso comenta que una bolsa de alimento que hace unos meses costaba 300 pesos ahora cuesta 480. Todo lo que tiene para mantenerlos es la pensión que recibe por su discapacidad. 

"Estoy gastando más de $ 1.000 por semana en alimentos, y eso sin contar los gastos de veterinaria. Además, me hago cargo de otros 12 que andan por el barrio. Esta situación te limita mucho para que te ayuden", concluye.

Una solución

Los consultados admitieron que la solución es una: la castración. Yaya explicó que si se mantuvieran las esterilizaciones masivas y simultáneas, se podría lograr que el número de perros callejeros disminuya. 


    Gustavo Rogé / Los Andes
Gustavo Rogé / Los Andes

"Pero los móviles municipales tienen que ir adonde está el problema realmente. Es decir, a los barrios carenciados. Y realizar más de 10 castraciones al día y no como ocurre hoy.

También me ha pasado que les llevas dos perras y solo te admiten una", destacó la proteccionista, para quien es fundamental que, en caso de encontrarse con una perra fértil, se la lleve a esterilizar. 

La veterinaria Jennifer Ibarra explicó que la castración no sirve de nada si no hay educación en los colegios que contribuya a la educación. Por otra parte, informó los montos de una castración. "Una castración de hembra en veterinaria cuesta $ 2.500, pero siempre es más barato castrar machos, que cuesta $ 2000", informó.

De todas maneras, fue crítica con los municipios. "Descansan en el trabajo que hacen las protectoras pero no las ayudan en nada. Si no se hacen cargo de los animales callejeros, al menos deberían ayudar a quienes sí lo hacen", sentenció.


    Marcelo Rolland / Los Andes
Marcelo Rolland / Los Andes

Para terminar, ahondó en señalar que los móviles de castraciones no van a los lugares a donde deberían: "No sirve que estén en la Cuarta. Tienen que ir a barrios carenciados".

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