En el Gobierno hablan de una mejora en el servicio, más frecuencias y una tarifa plana que resulta más económica en en otras provincias, como es el caso de Buenos Aires en donde el pasaje cuesta $13.
Pero a una mayor disponibilidad y un servicio más confiable, se le suma la realidad de muchas familias que por el incremento en el costo de vida, principalmente impulsado por combustibles que han aumentado un 67% en lo que va del año, dejar el auto de lado y sumarse al transporte público se observa como una alternativa rápida para bajar costos en el presupuesto familiar.