El primer semestre del año cerró con una caída del 9,8% en la recaudación de Ingresos Brutos de Mendoza, que se explica por una baja en la actividad económica y por la reducción de alícuotas de dicho impuesto.
Ingresos Brutos es el impuesto que grava a las actividades autónomas, actos u operaciones, y se aplica sobre la facturación de los negocios, independientemente de sus ganancias. Es de competencia provincial y aunque Mendoza viene otorgando desde 2017 una reducción gradual de la alícuota del tributo que alcanza a 223 actividades, la rebaja no es generalizada y por tanto, no alcanza a explicar una recaudación que se ubica en 15 puntos porcentuales por debajo de la inflación del periodo (56%).
Según datos de la Administración Tributaria de Mendoza (ATM), mientras que durante los primeros seis meses de 2018 la recaudación en Ingresos Brutos de la provincia fue de $ 9.600.562.200, en el primer semestre del presente año el monto ascendió hasta un valor de $ 13.510.090.610. Esto implica un crecimiento nominal del 41%, pero una caída en términos reales del 9,8% (teniendo en cuenta el efecto de la inflación).
Impuestos totales
Si además de Ingresos Brutos, se toma en cuenta la recaudación de Automotor, Inmobiliario, Sellos, y demás tributos provinciales, la recaudación total asciende a $ 13.938.768.462 durante el primer semestre de 2018 y a $ 18.695.732.332 en los primeros seis meses de 2019.
En este caso también se observa un crecimiento nominal de la recaudación (34%), pero que si se considera la inflación del período (56%), se encuentra 22 puntos porcentuales por debajo. Deflactando los números en lugar de un crecimiento, se observa una caída real del 14%.
Se consultó al Ministerio de Hacienda, pero no hubo respuesta oficial de ningún funcionario acerca de los números relevados y su implicancia en las cuentas públicas.
Otras posiciones
Para el economista Jorge Day de Fundación Mediterránea (Ieral Mendoza), sin estacionalidad, la recaudación impositiva en Mendoza viene disminuyendo desde fines del año 2017. "La reducción en algunas alícuotas en Ingresos Brutos incidió, pero la caída responde principalmente a un proceso recesivo vivido en los últimos meses y, posiblemente, a cierta evasión, algo usual en periodos difíciles", indicó.
"Actualmente, una de las inquietudes es si la economía mendocina ya ha tocado fondo, comenzando a recuperarse. Atendiendo a la recaudación de Ingresos Brutos, neta de inflación, casi se mantiene estable en el segundo trimestre de este año. Aunque no marca tendencia, es un primer indicio de haber llegado a un mínimo, con posibilidades de un repunte", consideró Day.
Igualmente, Daniel Garro, de Value International Group, señaló que los números muestran una caída fuerte en términos reales, producto de la recesión que atraviesa a todo el país y de la que Mendoza no está exenta. Se puede destacar que Ingresos Brutos ha caído menos que el general de los Impuestos, pero se trata igualmente de "una alerta para las previsiones a futuro que en los presupuestos provinciales y nacionales eran mucho más favorables".
Según estimó Garro, la caída refleja que hay mucho por hacer en materia de gasto público. "Es cada día más caro financiar el endeudamiento y los Gobiernos siguen considerando que la obra pública es una inversión, pero es un gasto público, no una inversión, y seguir endeudándose hará que los tiempos que se vienen sean más áridos para la economía de Mendoza", apuntó el economista.
Para el titular de Evaluecon, José Vargas, la caída desde el punto de vista real está directamente relacionada con la actividad económica. "Está claro que en todos los meses de enero a junio la recaudación ha sido baja y tiene que ver con la desaceleración de la actividad económica. Aunque en las últimas semanas se ha visto una recuperación de algunos sectores, la presión impositiva sigue siendo alta y la actividad baja", comentó.
Según Vargas, a pesar de que el Gobierno viene encarando una reducción en Ingresos Brutos desde el año 2017, esta no alcanza a todas las actividades y, aún así, la presión impositiva aumenta año a año en Mendoza.
"La presión tributaria en momentos en que la actividad económica cae tiene que ser la menor posible para que el agente económico esté en condiciones de hacer frente al tributo", consideró el economista y explicó que esto es por que justamente, cuando las ganancias caen, los contribuyentes ajustan sus gastos por el lado del pago de impuestos.
"Aunque el Gobierno reduzca alícuotas, las bases aumentan,. Eso no quiere decir que esté reduciendo la presión impositiva, sino que la hace subir en menor porcentaje que para el resto de los sectores", cerró Vargas.