Por la crisis, aumentan las ventas de tela y de productos sueltos

La pérdida de poder adquisitivo de los salarios hace que resurjan negocios que se pensaban “olvidados”.

Por la crisis, aumentan las ventas de tela y de productos sueltos
Por la crisis, aumentan las ventas de tela y de productos sueltos

En lo que va del año, las ventas minoristas registran una caída acumulada de 4,9% y en octubre, en comparación con el mismo mes de 2017, un declive de 9,4%, según datos de la FEM. Pero hay rubros que tradicionalmente prosperan con las crisis, como lo son las ventas de telas y productos sueltos.

Quienes antes compraban ropa ahora se animan a coserla ellos mismos, o arreglan la que en otro momento hubieran dejado de usar. También hay quienes optan por adquirir productos de limpieza sueltos o buscar locales específicos, que tienen mejores precios por volumen, y abandonan la compra mensual para abastecerse de lo que necesitan diariamente.

Otro signo de la crisis es el aumento del uso de transporte público. Recientemente, desde la provincia confirmaron que esperan que el número de viajes en transporte público se incremente en 2018 en casi 8 millones de viajes -de un total de 205 millones- con respecto al año pasado. Si bien lo atribuyeron a la mejora en el servicio y a la congestión vehicular en el microcentro, también es otro indicador de la pérdida de poder adquisitivo de las familias.

Es que el precio de la nafta ha tenido 14 aumentos en lo que va del año y la variación acumulada roza el 70%. A esto hay que añadir el costo de estacionamiento o de alquilar una cochera, cuyo monto parte de los $ 1.500 mensuales. 

De ahí que las familias apelen a distintas estrategias para hacer rendir mejor los ingresos, como optar por segundas marcas o las propias de las cadenas de supermercados; o comprar medicamentos genéricos o en tiras en lugar de en caja.

Otra evidencia de esta situación es que las casas de telas han notado un renovado interés por la auto confección. Hay que recordar que en junio del año pasado cerró el último local -de 8- de sedería La Reina, con 94 años de trayectoria, por la caída de las ventas, la competencia de las compras en Chile y las adquisiciones por Internet.


    Gustavo Rogé / Los Andes
Gustavo Rogé / Los Andes

Hoy, Ana Funes, gerente de Crisa Telas, comenta que muchas personas se han abocado a confeccionar los vestidos de fiesta porque los precios en las tiendas son exorbitantes y las que hicieron sus pedidos por Internet no los recibieron a tiempo. También indicó que los ha beneficiado el hecho de que las adolescentes y jóvenes se fijan en la web en las tendencias de la moda europea, para sus atuendos para cumpleaños de 15 y fiestas de egresados, y demandan paños con ciertos diseños.

De ahí que la temporada, si bien es alta para el rubro, ha sido buena -similar a la del año pasado-, en especial cuando se tiene en cuenta el proceso actual de crisis. Esta variación positiva se da después de un invierno en el que habían registrado un descenso de 5 a 6% en el nivel de ventas. Funes lo atribuye a que las familias han desempolvado las máquinas de coser para ahorrar costos.

Jorge de la Cuesta, de La Tijera, coincidió en que en los últimos meses hubo un crecimiento paulatino en el número de personas que se animan a coser sus propias prendas, motivados por la crisis económica. De hecho, minutos antes de que abra el local, que vende materiales para la ropa de todos los días, se pueden ver clientes que están esperando la apertura. El vendedor resaltó que la gente mira diversas opciones para encontrar el mejor precio.

En otro rubro en el que han notado una leve reactivación es el de las mercerías. Andrea, de Dalma, comentó que la crisis ha sido muy fuerte, pero están viendo un poco más de movimiento por las fiestas de fin de año. También, porque se buscan elementos para reparar las prendas o para agregar accesorios a una vestimenta básica.

La compra diaria

En los barrios han proliferado los negocios de venta de productos de limpieza sueltos, que se ofrecen como imitaciones de los de marca. Marisol compró en noviembre del año pasado, a una química, tres bidones y hoy ofrece, en su patio, más de 50 artículos, desde limpiadores líquidos hasta gamuzas, esponjas y palos de mopa.

La comerciante resaltó que está a pocas cuadras de un hipermercado y de un súper, pero que los vecinos van a su casa por la gran diferencia de precio con las líneas reconocidas. También, porque se llevan un rollo de papel higiénico o, incluso, le piden $ 5 de detergente, ya que se trata de personas que trabajan por día.

Gisel Guzmán, de La Limpísima, una fábrica de productos de limpieza que también distribuye otras marcas, detalló que han notado un aumento significativo no sólo de las ventas al consumidor final, sino también a personas que quieren abrir su propio local para comercializar productos a granel.

Lo que más se vende, indicó, son jabones para lavar la ropa, detergentes para vajilla y lavandina. Es que en un supermercado, y de etiquetas conocidas, estos artículos pueden costar el doble o más.

Con la mira puesta en hacer más eficiente la economía del hogar, hay mamás y papás que antes incluían los pañales en la compra del supermercado y ahora van a una pañalera. Alberto Barboza, de Pañalyn, que tiene dos sucursales, cuenta que abrieron en la crisis anterior, de 2002, y que ya tienen una clientela estable. Pero planteó que han notado que se han empezado a elegir los más económicos.

Barboza explicó que trabajan con las tres principales marcas del mercado y que cada una tiene pañales premium y otros más baratos, con menor capacidad de absorción. Y últimamente, se vende mayor proporción de los segundos que de los primeros.


    Gustavo Rogé / Los Andes
Gustavo Rogé / Los Andes

Diez meses de caída

La Confederación Argentina de la Mediana Empresa reveló que las ventas minoristas cayeron 9,4% en octubre con respecto a igual mes del año pasado (y medido en unidades). También, que se trata de 10 meses consecutivos de declive, lo que suma un 4,9% en lo que va de 2018, y que todos los rubros relevados bajaron en la comparación interanual.

En octubre, el 76,4% de los comercios consultados tuvieron bajas anuales en sus despachos, 17,4% crecieron y el 6,2% se mantuvo sin cambios. Los rubros más afectados en estos 10 meses, con respecto a igual período de 2017, son marroquinería (-7,3%), textil-blanco (-6,6%) y muebles (-6,2%). Los que registraron un descenso menor fueron alimentos y bebidas (-2,5%), perfumería y cosmética (-2,5%) y farmacias (-4%), es decir, los vinculados a la primera necesidad.

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