Después de 15 años parecía un sueño hecho realidad, pero el destino del Pasip (Parque de Servicios e Industrias de Palmira) parece estar sembrado de complicaciones.
Mientras la expropiación de 66 hectáreas de las 112 que ocupa el predio se dirime en la Justicia, la UTE Procon-Camer prevé frenar la ejecución de la obra civil en los próximos días por falta de fondos, lo cual siembra dudas sobre el término del proyecto, avanzado en un 80%.
Extraoficialmente, se supo que habría más de $ 14 millones pendientes de liquidación, que en gran medida IPSA (Inversora Pasip SA), el consorcio dueño del predio, endilga a una merma en la comercialización de los lotes.
Por su parte, el Gobierno provincial -que si bien en los dos últimos años transfirió más de $ 52 millones adeuda $ 2 millones de 2014- analiza otro esquema financiero que facilite la venta de terrenos.
No tenemos garantías de que esta quincena cobremos, como tampoco los profesionales que, según les han dicho, trabajarán estos días ad-honorem.
Es una situación financiera delicada que viene al menos desde fines de 2014 y, aunque hay mucho por hacer en la obra, la UTE asegura que no hay más fondos para seguir haciendo frente a las obligaciones a partir del jueves 15”, confió una fuente del grupo de casi 20 trabajadores.
Además de la incertidumbre en cuanto a la estabilidad laboral de los trabajadores, el hecho suma más dilaciones a la conclusión del Pasip, que en un principio tenía un plazo de 18 meses. Con un grado de avance de obra importante, aún quedan pendientes calles de acceso, una rotonda y el servicio de gas para las firmas que se afinquen.
En principio, el tiempo de ejecución del Parque comenzó a transcurrir el 28 de julio de 2011 con el inicio de obra, pero para marzo de 2014 seguía en curso. Y podría prolongarse aún más si se confirma un parate sin término.
Cuestión de plata
El problema financiero tiene un efecto derrame. Según trascendió, la UTE adeuda más de $ 360 mil a sus proveedores, algunos de los cuales cansados de esperar el cobro optaron por discontinuar el abastecimiento de materiales. "No vamos a seguir financiándoles la obra", dicen, pese a la promesa de regularización a partir de marzo.
Según Juan Azor, presidente de Procon, “estamos tratando de reordenar todo porque hay una deuda importante con la obra privada y ya se aplicó un recorte del plan de trabajo. No queremos parar definitivamente porque la única forma de cobrar es que Pasip venda terrenos. Creo que con un poco de cintura se podrá avanzar”.
Con el titular de IPSA, Mario Lingua, momentáneamente fuera del país, el Ejecutivo se pone a salvo. Para el ministro de Infraestructura, Rolando Baldasso, la responsabilidad de la Provincia en la situación es menor.
“La parte que corresponde al financiamiento de obra pública viene bien, nos quedan pendientes dos millones por liquidar de 2014. Entiendo que no se ha logrado comercializar al ritmo esperado los lotes”, argumentó el jefe de la cartera de Infraestructura, que asegura haber liberado desde 2012 más de $ 52,2 millones a Pasip y le falta ejecutar $ 730 mil.
Los directivos de IPSA ya blanquearon sus dificultades al Gobierno. De ahí que el Ministerio de Agroindustria, de cuya órbita dependerá el Pasip en marcha, estudian un esquema de comercialización menos burocrático, que ayude a captar los fondos necesarios sin necesidad de que intervenga, como lo hace actualmente, el Fondo para la Transformación.
La ralentización de la obra del Parque viene desde diciembre, en un principio atribuible a la falta de insumos como el hormigón. Los próximos días serán clave para saber cómo sigue la historia, una vez que al regresar Lingua lidere una asamblea de socios de IPSA.
“Está claro que se retrajo la economía, quien decide una inversión lo piensa dos veces y además el sistema de venta es complicado. Pero tiene que haber definiciones de IPSA. Caso contrario habrá que parar”, reconoció el empresario.
Junto a Camer, Tocon también integra la UTE del Pasip pero con 37 años de historia no es su única obra en San Martín. También construye el Centro de Congresos y el Templo del Vino, encomendado por la comuna en Parque Agnesi, y emprendimientos privados como el edificio Libertador, en 6 niveles, con oficinas, departamentos, locales comerciales y estacionamiento.