Se suspendió el Superclásico que se iba a realizar el martes próximo en el Estadio Olímpico de Córdoba y en principio se lo va a reprogramar para el 10 de octubre en el mismo escenario.
“El encuentro fue suspendido y, en principio, se jugará el diez de octubre”, confirmó el presidente de la Liga Cordobesa de Fútbol, Emetrio Farías.
El dirigente cordobés habló así tras recibir un llamado del secretario de Guillermo Toffoni, organizador de este choque de gigantes del fútbol argentino.
El argumento se basa en cuestiones de seguridad, dado que el martes habrá un paro nacional.
Tanto el entrenador de Boca, Rodolfo Arruabarrena, como el de River, Marcelo Gallardo, quedaron aliviados por esta postergación, dado que es muy reciente todavía la escandalosa versión del Superclásico que correspondió al desquite por los octavos de final de la Copa Libertadores de América.
De todos modos, la organización del cotejo amistoso en Córdoba igual siguió en pie porque ya se habían vendido las entradas, en otra demostración del notable poder de convocatoria que tienen ambos clubes.
Los futbolistas también se verán favorecidos con esta suspensión del compromiso: por un lado, para evitar situaciones urticantes y, por otro, dado que tras la fecha del domingo próximo por el campeonato doméstico disfrutarán de un breve descanso, que surgirá como consecuencia de la realización de la Copa América.
Si bien hay un antecedente de un partido trascendente desarrollado en el Kempes en una jornada de paro, el del ascenso de Talleres en 2013, en esta oportunidad se optó por priorizar la seguridad, más allá del disconformismo en la redes sociales de los que ya habían adquirido localidades.