Una vez más, la relación del radicalismo con el macrismo dentro de la coalición gubernamental volvió a ser puesta en crisis, esta vez como consecuencia de la aplastante derrota electoral en las primarias del domingo a manos del Frente de Todos.
A trazos gruesos, la relación con el Gobierno podría definirse por estas horas en la coincidencia dentro de la UCR de que el presidente Mauricio Macri establezca un diálogo con Alberto Fernández, como sucedió finalmente este miércoles.
Pero las diferencias internas afloran a la hora de definir los alcances de ese diálogo con quien quedó ampliamente mejor posicionado para las elecciones del 27 de octubre en las que el oficialismo aún aspira poder competir con alguna chance de generar un escenario de definición en el balotaje de noviembre.
Por un lado están los partidarios de que un diálogo entre Macri y Fernández evolucione hacia un acuerdo político ante la inestabilidad financiera hasta la primera vuelta electoral. Y por otro los que promueven que el diálogo quede sólo en el compromiso de contribuir a la estabilidad entre dos contendientes.
Aun así, unos y otros radicales se reunieron la noche del martes, por supuesto en una cena en un restaurante porteño, para coincidir en un balance-catarsis post Paso.
A la cita concurrieron dos de los tres gobernadores radicales, el mendocino Alfredo Cornejo, presidente nacional de la UCR; y el jujeño Gerardo Morales. También los jefes de los interbloques de Cambiemos en Diputados, el cordobés Mario Negri, y en el Senado, Luis Naidenoff. Y los dirigentes radicales porteños Enrique Nosiglia y Emiliano Yacobitti y los tucumanos José Cano y Silvia Elías de Pérez.
"Repasamos los errores del Gobierno, también las veces que la UCR no fue escuchada cuando advertíamos sobre las consecuencias de la política económica en la clase media", sintetizó a Los Andes sobre lo conversado uno de los participantes. Pero hasta allí habrían llegado las coincidencias.
Este miércoles, tras el mensaje de Macri y poco antes del mediodía, Cornejo y Morales fueron recibidos durante más de media hora en la Casa Rosada por el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. A la salida, el gobernador de Mendoza le dijo a los periodistas: "Planteamos la necesidad de buscar un acuerdo de gobernabilidad económica con Alberto Fernández y la necesidad de conversar con él, que ha ganado las Paso".
Aunque luego aclaró que Fernández "no tiene garantizado ganar en la elección general" porque "el resultado no es irreversible". Sin embargo, reiteró que "la prioridad ahora tiene que ser estabilizar la economía" y eso demanda, además de los anuncios de Macri, que el Gobierno "lo siente en la mesa a Alberto Fernández". Allí se habría acordado con los funcionarios nacionales que la UCR conduzca la campaña electoral hasta octubre en aquellos distritos con mayor presencia.
Poco después se supo del llamado de Macri y de la conversación con el candidato del Frente de Todos. De la noticia informó el Presidente en la reunión de gabinete a la que asistieron Negri y Naidenoff.
Antes y después de esa reunión en Olivos, Negri dejó en claro cuáles deberían ser los alcances del diálogo con la oposición. "Hay que buscar certidumbre política para que haya certidumbre económica, pero eso no implica que uno no piense distinto".
De ese modo el dirigente buscó dejar sentada una posición que apunta a fortalecer la pelea nacional por generar un escenario probalotaje. Y en caso de una derrota, poder ser "una oposición más o menos robusta", con peso en la Cámara de Diputados, que conserve ´poder territorial y que tenga a su cargo los organismos de control de un eventual gobierno peronista.