Con el esperado regreso de Lionel Messi, el Seleccionado argentino enfrenta a Brasil en Belo Horizonte en busca de una victoria que le sirva como trampolín al muy cuestionado comienzo del ciclo de Edgardo Bauza y despeje los fantasmas en el espinoso camino hacia el Mundial de Rusia.
Son Brasil y Argentina, y los nombres, por sí solos, lo dicen todo, pero las particularidades de este partido que jugarán en el Mineirao agregan mucha tela para cortar.
La Albiceleste nunca pudo ganarle de visitante a su rival de turno en una Eliminatoria, y para el local, en el escenario de esta noche es donde se consumó la gran frustración del último Mundial cuando Alemania le impidió llegar a la final con una goleada de 7-1.
Desde las 20.45 se abrirá el fuego en el tradicional estadio cuyo real nombre es Governador Magalhaes Pinto, por la undécima fecha de las Eliminatorias Sudamericanas, con arbitraje del chileno Julio Bascuñán y televisación de la TV Pública y TyC Sports.
Argentina hoy está sexta, es decir, fuera del Mundial y hasta del repechaje; “falta mucho”, se dice y es verdad, tanto como que falta menos que antes.
Pero una derrota la dejaría más relegada, claro, con (apenas) siete fechas por delante y a cuatro días de otro compromiso difícil, con Colombia, en San Juan. El rival es uno de los mejores y a la cita no se llegaría, dado el caso, en las mejores circunstancias.
Obviamente, una resolución positiva en el duelo más esperado posicionaría mejor, devolvería confianza y abriría las compuertas a renovadas esperanzas.
Vuelve Messi, la mejor noticia como para pretender revertir el ciclo de tres presentaciones en fila sin triunfos, en las Eliminatorias, y a la salida de una inesperada caída como local frente a Paraguay.
La Pulga faltó en los últimos tres compromisos y casualmente, la última vez que estuvo fue también la última que Argentina ganó, con Uruguay.
En cuanto al equipo, Bauza mandará a su tropa en la búsqueda del resultado tranquilizador y no puede evitarse pensar que es un partido a la medida del DT, la tentación de esperar y contraatacar con Messi arriba debe ser difícil de resistir para él.
El esquema utilizado será el 4-4-2, con el mendocino Enzo Pérez como volante por derecha, el regreso de Lucas Biglia para acompañar a Javier Mascherano en el medio, y La Pulga con Gonzalo Higuaín en el ataque.
Brasil, en tanto, se enderezó desde que tomó el timón Tité, tras la salida de Dunga, lleva cuatro victorias en seguidas, perdió sólo en la primera fecha, en Chile, y los mira a todos desde arriba.
Neymar está en el mejor de sus momentos y hay apariciones como las de Renato Augusto y Gabriel Jesús que aportaron soluciones ansiadas.
Se terminaron las palabras, se acerca el juego, son Brasil y Argentina, todo dicho con los nombres, el Superclásico de Sudamérica y del mundo, el fútbol en la más alta de sus expresiones.