Los fondos high yield y distressed, como se conoce a los buitres, están empezando a mirar a los bonos argentinos porque puede haber oportunidades. Rendimientos del 59% anual en dólares como el caso del Bonar 2020, que vence en octubre, lucen atractivos para ellos, tras la disparada del dólar y un riesgo país a punto de quebrar el récord de la barrera de los 2000 puntos.
Son los hedge funds extremos, que buscan rendimientos mayores al 20%. “Ese es el número que tienen en su cabeza. Son fondos que buscan oportunidades, los saldos, y hoy ni Ecuador ni Turquía rinden tanto como la Argentina, donde además tenés la curva de bonos invertida”, dice el director de una entidad financiera que recibió llamados de parte de ellos.
"Hoy ni Ecuador ni Turquía rinden tanto como la Argentina", indicó el director de una entidad financiera.
Por lo pronto, ya empiezan a mirar de reojo para volver a invertir en Argentina. Llaman a sus contactos en los principales bancos de inversión que tienen headquarters en la Argentina: “Están preguntando, se los ve más interesados”, confiesa uno de los banqueros que recibió sus llamados.
Los fondos de high yield en Estados Unidos invierten en bonos de compañías en problemas: es un mercado de u$s 1,3 trillones, lo que representa un 30% más que todo el mercado de bonos en dólares de mercado emergentes que forman parte del EMBI, donde el valor total de la deuda es de u$s 1 trillón.
Sus portfolio managers no son economistas, sino abogados, porque saben que muy probablemente tengan que hacer juicio para poder cobrar, ya que buscan siempre el riesgo, lo que implica retornos altos.
“En 2014 los fondos buitres como Elliot y Aurelius compraron los bonos cuando la Argentina estaba en default, que compraron para hacer juicio. Fijate lo que está pasando ahora con los cupones PBI”, detalla un banquero.
“Tuve un par de consultas, y hay interés porque luego de las elecciones primarias se generó mucha más volatilidad, pues este tipo de situaciones son las que este tipo de fondos miran”, comenta un bróker.
A su juicio, casi ningún país del mundo puede pagar deuda si no se la renuevan; en ese caso, quebrarían muchos países.
En la Argentina, el pago de servicios de deuda en manos privados para los próximos años no es alta, ya que se ubica entre el 2,5 y el 3% del PBI en servicios de deuda (solo bonos en moneda extranjera) por año de acá al 2024, lo que es perfectamente pagable.
Sacando al FMI, en el mercado aseguran que no es problema la sustentabilidad de la deuda, pero siempre cuando se tenga acceso al mercado. Cuando asuma el nuevo Gobierno el 10 de diciembre lo más probable es que no haya default, porque la plata está, pero para el 2021 el panorama será otro y, desde ya, puede llegar a estar más complicado.