Inés fue a visitar a una amiga en Benegas, Godoy Cruz. Estuvo menos de 10 minutos, tiempo suficiente para que 2 o 3 individuos en una camioneta pequeña se llevaran la rueda de auxilio de su Sandero Stepway. Su caso es uno de los casi 20 de robo de neumáticos que se producen a diario en el Gran Mendoza sin que la policía ni la Justicia puedan frenar el flagelo. El dato lo proporcionaron expertos de aseguradoras del medio.
Desde Investigaciones admitieron que se trata de un delito en auge, que se mantiene vigente desde hace varios años y que muchos delincuentes prefieren esta modalidad sobre el robo de autos. “Corren menos riesgos, las venden más rápido y no se exponen a condenas duras”, afirmó un efectivo con experiencia.
“Nosotros -señaló Marcelo Villanueva, jefe de la División Automotores de la Policía- tenemos secuestrados en nuestra dependencia 6.000 cubiertas, que las retiramos de gomerías de barrio”. En su opinión esos, negocios no tendrían que vender ruedas usadas y solo deberían dedicarse a la reparación de cubiertas y llantas. “En un caso encontramos 5 llantas con sus cubiertas correspondientes a un BMW. El comerciante no podía justificar en modo alguno por qué las tenía”.
Villanueva explicó que algunos ladrones venden gomas por $ 500 o $ 600, y luego quien se las compra las coloca a precios mucho más altos. “Se gana $ 1.200 un delincuente que haga dos ‘trabajos’ diarios, o hasta $ 2.000 si son ruedas de una 4x4”.
Según Villanueva, está en estudio una ley para prohibir la venta callejera de autopartes, especialmente de neumáticos.
Modo de actuar
Algunas bandas que actúan en el negocio actúan utilizan adolescentes, a quienes les encargan “levantar” las ruedas en la calle o robar el auto. Otros son los que desarman los rodados y finalmente las ruedas llegan a los vendedores ilegales. Luego entra a tallar si el neumático es de alta gama tiene llanta de aleación. Esas se venden en el “mercado del usado” a unos $ 5.000, la mitad de lo que cuestan en el mercado legal.
Desde una empresa aseguradora revelaron que reciben entre 8 y 10 denuncias diarias por este delito, una cifra que puede multiplicarse si tomamos en cuenta las que reciben otras compañías. Esto sin contar los robos que no se denuncian porque no tienen la cobertura que les cubra el siniestro.
¿Se puede cuantificar este tipo de delito? “En el ejercicio económico (desde julio 2015 a la fecha) hemos registrado unos 1.200 siniestros por robos de ruedas. Pagamos por ese paquete alrededor de $ 10 millones. Comparando con el mismo período del año anterior, se incrementó 20%”, detalló Gustavo Coria, jefe de Siniestros de La Mercantil Andina.
Las zonas más afectadas por el fenómeno se concentran en el Gran Mendoza, de acuerdo a esta compañía. “El 27% de los siniestros -añadió Coria- ocurren en Ciudad, 20% en Guaymallén, 18% en Godoy Cruz y 8% en Las Heras”.
Según este ejecutivo de seguros, “la imposibilidad de conseguir repuestos o la demora en la provisión de los mismos por las trabas a las importaciones alimenta el mercado negro” y, por ende, los robos de ruedas.
Dónde hay más robos
Romina llegó a su casa en la calle Espejo, en el centro de Las Heras, el Viernes Santo. Su idea era volver a salir al cabo de una hora y por eso dejó el auto en el puente. Cuando lo hizo descubrió que su Volskwagen Fox no tenía dos ruedas, una delantera y otra trasera. A su suegra, que vive a 3 cuadras, le sucedió lo mismo.
Hay sitios más riesgosos que éste, como las calles del barrio Bombal, en los alrededores del Hospital Español y de la UTN. En la 5ª Sección también hay muchos robos, sobre todo cerca de la Universidad de Mendoza o de las Aulas de Tiempo Libre de la UNCuyo, sobre la calle Paso de los Andes. Una alumna de este último lugar contó que dejó su auto sobre calle Clark. Cuando fue a buscarlo le faltaba una rueda y estaba “gentilmente” montado sobre un “gato”.
Los vehículos que son blanco de estos arrebatos son las camionetas como la Toyota RAV, que tiene la rueda de auxilio en la parte de atrás, al igual que la EcoSport. El Renault Sandero, que lo lleva abajo del chasis, también es una “víctima” habitual, por lo que muchos han optado por reforzarlo con dispositivos antirrobo.
Sin embargo, a veces estas precauciones no alcanzan. El dueño de un Citroën C4 que tenía de fábrica este sistema perdió la llave original. Y en una gomería por $ 50 le sacaron la tuerca de seguridad. La seguridad, entonces, queda entre paréntesis.
Otras ruedas codiciadas por los delincuentes son las de los Peugeot 308, 207 y 408, el Ford Fiesta Kinetic y las “multirrayo” de los Volskwagen (Bora, Gol Trend y Saveiro).
Los precios de reventa son diversos, y por supuesto, siempre menores a los valores del comercio legal. Los 4 neumáticos de un Fiesta Kinetic, que rondan los $ 16.000, se pueden obtener a casi la mitad de su valor en una transacción por izquierda.
Protecciones dobles
El titular de Mantello Neumáticos, Juan Carlos Mantello, dijo que está recomendando a sus clientes aplicar protecciones dobles en cada rueda y en la de auxilio. Y reclamó que se neutralice “el gran contrabando de la compra de ruedas en Chile (para autos, camionetas y camiones). La evasión es muy grande y los que proceden así no pagan ningún tipo de impuesto”.
A diferencia de lo que ocurre con las autopartes, que suelen estar identificados con el número de chasis del vehículo, la mayoría de las ruedas no tienen identificación alguna, lo que es un punto a favor del ladrón. “No hay forma de corroborar que efectivamente son robadas y por tanto. como la Justicia no puede afirmar que quienes las tienen a la venta pueden ser quienes las robaron, se los acusa del delito de encubrimiento, que es excarcelable”, apuntó otra fuente consultada.
"Sin condena social poco se puede hacer"
Edgardo Juchniuk, presidente de la Asociación de Productores de Seguros de Cuyo, sostiene que “hay un mercado en este tema de las cubiertas, y mientras no exista una condena social la situación no tendrá variante. Poco se puede hacer para neutralizar este flagelo”.
En su opinión, la situación se asemeja a la epidemia de robos de carestéreos de los ‘90 y principios de los 2000, que obligó a que muchas empresas aseguradoras dejaron de cubrir ese riesgo.
“Hay que cortar ese circuito vicioso de la comercialización de neumáticos. Si se roban tanto, es porque la gente recurre a esas compras ilegales”, cerró el representante de las aseguradoras.