El Gobierno nacional anunció una nueva fase de la cuarentena, a la que Mendoza podría ingresar y que significaría nuevas flexibilizaciones. Pero aún así, 10% de las actividades económicas de la provincia deberán esperar por la llamada "nueva normalidad", que podría llegar en septiembre u octubre del próximo año.
Según explicó Adolfo Brennan, vicepresidente de la Federación Económica de la provincia, hasta la fecha, prácticamente todos los sectores han reabierto, a excepción del turismo y los eventos, lo que deja la actividad de la provincia al 90%.
En el mismo sentido, Fernando Berbera, titular de la Asociación de Empresarios de la Gastronomía y Hotelería en Mendoza (AEGHA), señaló que, en el rubro gastronómico, aunque se permitió la reapertura, las estimaciones de venta rondan el 25%, producto de las restricciones que aún rigen, y por ello algunos empresarios han decidido no abrir. "Si ahora cambian las cosas, y se flexibilizan los horarios, o se pueden hacer mesas más grandes, terminará de abrir la gastronomía en su totalidad, aunque hemos visto varios locales que ya están cerrados", lamentó Barbera.
En el caso del sector hotelero, el cierre es total, pero Barbera señaló que esperan que la nueva etapa de la cuarentena permita "abrir la parte corporativa", aunque no haya turismo.
Para el comercio también hay que hacer una salvedad, ya que, aunque se hayan permitido la reapertura de la mayoría de ellos (resta definir las ferias), según explicó Fernando Ligorria, titular del Centro de Empleados de Comercio, "ya no quedan actividades que no estén flexibilidad para trabajar. Pero sí hay empleados que por los acuerdos de suspensión del 223bis de ley de Contrato de Trabajo todavía no retoman sus actividades". Si bien formalmente sólo cinco empresas lo solicitaron, desde el CEC han constatado muchos más casos, los cuales ya han denunciado.
Amenazas de cierre
La situación de los salones de fiestas, y de todos los trabajadores que rodean al rubro de servicios para eventos es muy diferente, por el momento no se espera una flexibilización y, según explicó Fabián Manzur, presidente de la Asociación de propietarios de salones de fiestas de Mendoza, un 30% de las empresas del rubro podría dejar de existir.
"En principio, hemos presentado un protocolo para que se nos permita reabrir las oficinas cuatro horas por día, mantener reuniones programadas, y visitas a las instalaciones bajo estrictos controles sanitarios", comentó el empresario.
Manzur señaló que, durante esta temporada, antes al aislamiento, se realizaban congresos, eventos sociales, y se aprovechaba para cerrar las ventas por las fiestas de fin de año y de egresados. "Prácticamente hemos perdido el año, y no solo este, sino que cuando abramos vamos a vender para septiembre u octubre del año que viene. A este ritmo, la actividad se va a retomar a fines del año que viene", agregó.
La Asociación reúne a empresarios de unos 100 salones de fiestas, 40 peloteros y 150 empresas de caterings, además de fotógrafos y Djs., todos ellos en la misma situación. "Es una gran cantidad de gente que hoy no está teniendo ingresos, y una gran cantidad de empleos en peligro", señaló Manzur, e indicó que al menos el 30% de los salones no podrá reabrir cuando la cuarentena termine.
Los costos fijos del sector son elevados, y el 80% de quienes manejan salones de fiesta alquila y paga elevadas tarifas por los servicios de gas y luz. En este marco, han solicitado al Gobierno una ayuda para que se les congelen los alquileres, se les hagan rebajas en el pago de impuestos y contribuciones patronales, y se les permita el acceso al crédito, a fin de salvar empresas y puestos de trabajo.
Una necesidad atada a la reapertura
Desde el inicio de la cuarentena a la fecha, de los más de 300 jardines maternales que hay en la provincia ya cerraron 14. Según explicó Roxana Carro, quien se ha puesto al frente de las comunicaciones del sector, ellos no cuentan con subsidios, y no dependen de la DGE, sino que reciben habilitaciones comerciales de los municipios, y se mantienen con el pago de las cuotas que realizan los padres.
"En algunos casos hemos recibido el acompañamiento de los papás, pero muy poco, porque ellos también tienen sus propias realidades, a algunos les han bajado los salarios, y otros directamente han perdido el empleo", señaló Carro.
Las ayudas del Gobierno para el sector privado tampoco alcanzan, según la representante de los jardines, el 20% de estos calificó para que los empleados cobraran el 50% del salario bajo el programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), pero el sueldo de mayo aún no llega.
"Pero más allá de las ayudas, el resto del salario, el alquiler del lugar, las contribuciones patronales y los impuestos hay que pagarlas igual", agregó Carro, y explicó que por esto el lunes a las 10 de la mañana van a acudir a casa de Gobierno a llevar un protocolo que les permita una reapertura, tomando todos los recaudos para evitar contagios.
Por otro lado, los mismos padres les solicitan a las administraciones de los jardines que reabran, las flexibilizaciones hicieron que muchos debieran retornar a sus lugares de trabajo, y no cuentan con más opciones para el cuidado de sus hijos. "No todas las opiniones son iguales, pero por lo menos el 80% de los papás, nos piden que volvamos", cerró Carro.