Empezó marcando con tres en el fondo, Carabalí-Albornoz-Marín, tal como le gusta al Toti. Fue 0-1 ante Atlético Tucumán. Ya para la fecha 2 cambia y pone cuatro: Corvalán-Albornoz-Marín-Carrizo. Victoria en Puerto Madryn.
Si bien el DT alude que se acomoda de acuerdo al rival de turno, el rendimiento defensivo con cuatro hombres le daba la primer (y única) valla invicta y por eso repite fórmula ante Instituto de Córdoba. Las cosas no salen del todo bien y termina salvando la ropa con un gol agónico de Albornoz. Por la fecha 4 debe presentarse en Tandil y sin Carrizo (lesionado).
Toti repite los cuatro en el fondo: Corvalán-Albornoz-Carabalí-Marín es la fórmula. Se da la peor presentación de Gimnasia. Dos groserías defensivas (Carabalí habilitó de cabeza a Timpanaro para el primer gol y Albornoz le sirve en bandeja el segundo a Michel).
Hora de replantearse todo. Al equipo le llegaban muy fácil y no era responsabilidad exclusiva de la última línea, mucho tenía que ver la contención en el mediocampo. Para Chacarita (Fecha 5) se daría la vuelta de Carrizo y vuelve a parar la última línea del 2-2 ante La Gloria. Se daba una victoria inmerecida.
Luego llegó la hecatombe: ante Guaraní juegan Carabalí-Albornoz-Villarino-Carrizo y se da el catastrófico 5-1; para el clásico decide volver a parar tres en el fondo y juegan Carabalí-Albornoz-Marin para otra derrota; por último viajó a Gualeguaychú y jugó con Corvalán-Albornoz-Marín-Geovane. No funcionó: fue 0-2. Son 16 goles en contra. Una defensa que invita a atacarla.
