La inflación llega a todos los rincones y el pollo no es la excepción. Por subas de precios en la producción y como compensación por valores atrasados, el kilo de pollo ha subido cerca de un 25% en los últimos dos meses, según los propios actores del sector.
Diferentes pollerías de la provincia reconocieron que se está vendiendo a $ 21 el kilo, contra los $ 16,50 que se conseguían en promedio a finales de agosto. Para entender los motivos de la suba, se debe mirar desde atrás hacia adelante, en la cadena va desde el productor hasta el consumidor final.
Desde Avícola Granja Doña Ana, explicaron que en los últimos 40 días se han incrementado considerablemente los precios de los alimentos para las aves.
"Todo lo que se compra para los animales es más caro. La soja ha aumentado entre un 30 y un 40 por ciento, en tanto que el maíz subió cerca de un 20%", comentó Juan, de Granja Doña Ana.
En vistas a futuro, las condiciones están dadas para que siga subiendo el precio del maíz. Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), por falta de lluvias no se pudo sembrar entre un 5 y un 7 por ciento de la mejor superficie destinada a la plantación de este grano. A menor oferta, el precio tendería a la alza.
Otro punto determinante, que afecta no solo al pollo sino a todos los productos, es el aumento del costo de transporte. Según la Asociación de Propietarios de Camiones de Mendoza (Aprocam), en los últimos doce meses se han incrementado un 24,55%.
De esta forma se deduce que los pollos están llegando a las pollerías arrastrando subas de los granos y del transporte.
Franco, de Pollería Mariela, indicó que la caja de 20 kilos de pollo se estuvo comprando a $ 330 en las últimas semanas, un 25% más caro que lo habitual.
Esto, sin duda, refleja el 25% de suba en el precio final del producto, pero desde diferentes negocios, aseguraron que el valor de venta del pollo ha estado atrasado por mucho tiempo.
"Los valores que se manejaban en los últimos meses no eran para nada rentables", indicaron desde Pollería Mariela.
El representante del negocio señaló que "las pollerías han absorbido muchos costos, generando números en rojo", pero hoy, la suba de precios es inevitable.
"Subieron las obras sociales, los aportes y los servicios municipales, entre muchos otros costos", apuntó Franco.
Justificando una suba obligada, el comerciante señaló que "el pollo debería costar $ 30 el kilo para que el negocio continúe siendo rentable". Sin embargo, esto no aparece por el momento como una opción, teniendo en cuenta la capacidad de compra de los consumidores.
Desde otra pollería, que prefirió el anonimato, confirmaron caídas constantes en el ritmo de ventas durante todo el año.
"Los supermercados ofrecen precios más accesibles contra los que no podemos competir", apuntaron.
Además, denunciaron competencia desleal por parte de negocios que "no pagan impuestos y ofrecen precios de venta sospechosamente bajos, incluso por debajo de los valores que manejan los proveedores con las pollerías que sí abonan impuestos".
Más aumentos a la vista
Más allá de que otras subas en la cadena productiva sean predecibles, como el costo del transporte y el precio del maíz, aparece en el calendario otra suba que nada tiene que ver con la inflación, sino con cuestiones estacionales.
"Para Navidad, los precios sin duda van a subir un poco más", reconoció Franco de Pollería Mariela.
Por cuestiones de oferta y demanda, la suba relacionada a las fiestas de fin de año seguramente se comenzará a percibir en los próximos días. No obstante, el comerciante aseguró que los aumentos ligados a costos de producción, llegaron para quedarse.