En los últimos meses hemos sido testigos de una importante mediatización de figuras políticas que ocuparon espacios en la tevé y los portales que antes estuvieron destinados a personajes de otros ámbitos.
En un año en el que Marcelo Tinelli y su máquina de escándalos y personajes mediáticos se está haciendo esperar más que lo habitual, los ojos de la sociedad se posaron sobre el Congreso y otros espacios de poder y sus figuras.
Así, los escándalos, los gritos, los llantos, las traiciones y las decepciones no han faltado en estos meses en nuestro país que es, de todo, menos aburrido. Los protagonistas de las polémicas no fueron las vedettes ni las modelos, ni los actores de segunda que buscan traspasar la pista de Marcelo. Fueron los políticos los que estuvieron en boca de todos e hicieron subir el rating de la TV.
¿Quién se hubiera imaginado a Jorge Rial o a Angel de Brito entrevistando a una hasta ahora desconocida diputada nacional que se convirtió en la heroína de miles de mujeres por su defensa del proyecto de interrupción voluntaria del embarazo? Nadie, pero Silvia Lospennato estuvo sentada en el living de “Los ángeles de la mañana” y gritó, se emocionó y hasta lanzó duros cuestionamientos a sus colegas como si fuera una participante del reality más visto de la tele.
Pero no fue la única. Lilita Carrió es una fija de los escándalos políticos. Una suerte de Moria Casán del Congreso que aunque pasen los años, siempre está vigente. Fueron muchas las últimas polémicas de Lila, pero la de sus dichos sobre los radicales y sobre el pedido de propinas, generaron más ruido que la lengua karateca de la mamá de Sofía Gala. “La primera recomendación a la clase media y media alta: dé propinas”, dijo la líder de la Coalición Cívica y saltó la térmica. Desde los serios noticieros hasta en los programas de Mariana Fabbiani o Pamela David dedicaron horas de análisis a esta frase de la diputada.
Hasta apareció el mozo que supuestamente la atendió en un bar y la acusó de mentirosa y otras cosas. “Ella hizo un buen gasto y me dejó $5. Me sentía bastante indignado en ese momento”, denunció mediáticamente. Como en todos los realities, este personaje satélite tuvo sus cinco minutos de fama, como aquellos personajes bizarros que conocimos gracias a la "magia" de Marcelo Hugo.
Pero, como buena figura mediática, Carrió no abrió solo un frente. Otros que se sintieron ofendidos por su dichos fueron los integrantes de la Unión Cívica Radical. “Al final, los radicales tienen que reconocer que están con una exmiembro (del partido) que los maneja desde afuera ¡Es divino! Es el mayor castigo por misóginos. Nos mandaban a las convenciones a servir empanadas y ahora los manejo yo desde afuera”, sostuvo medio en serio, medio en broma.
Y la respuesta no se hizo esperar. Pero no hubo reuniones ni pedidos de disculpas formales. Hubo picantes cruces en Twitter con ácidos comentarios del gobernador mendocino Alfredo Cornejo. Por supuesto que Lilita que no se quedó callada. El duelo virtual se convirtió rápidamente en noticia y otra vez en la tele se habló de ellos.
Así las cosas, mientras esperamos a Tinelli, con políticos nos entretenemos.