Los políticos, alejados de la realidad

Es una constante que se ha mantenido durante años: la dirigencia política centraliza su accionar en temas que están alejados de las reales demandas de la gente y trata de evitar o minimizar los reclamos que surgen tanto de encuestas como de los reclamos efectivos como sucedió, en este último caso, con el cacerolazo que concentró a cientos de miles de argentinos a lo largo y a lo ancho del país. Mientras el Gobierno pareciera desentenderse de los problemas, la oposición sigue sin encontrar el rumbo y sin capacidad de actuar para tratar de marcar la agenda en temas puntuales.

El problema alcanza tanto a nivel nacional como provincial y en algunos de los casos oficialismo y oposición se enfrascan en la discusión de temas que a la gente muy poco le interesa. La situación se refleja con mayor claridad en Mendoza, donde unos -el oficialismo- y otros -la oposición- discuten la posibilidad o no de una reforma constitucional que está alejada de los problemas que la gente reclama como prioritarios. En el orden nacional el Gobierno continúa con la política de instalar temas que tampoco importan a la gente y no hace más que dividir a una sociedad que desconoce la realidad de la situación.

Es el caso de la denominada Ley de Medios Audiovisuales que utilizó el Ejecutivo nacional, como si el futuro del país dependiera de esa situación, como sucedió anteriormente en el enfrentamiento con el campo o en las peleas individuales que implementó desde el plano político ante otras figuras que pudieran instalarse como futuras alternativas al oficialismo.

Entonces, mientras a nivel nacional el oficialismo jugó todas sus fichas a la Ley de Medios y en el plano provincial los políticos se abocan a la discusión de la reforma, las necesidades de la gente pasan por otro plano. Así quedó evidenciado en una reciente encuesta realizada a nivel nacional en la que los números fueron concluyentes: 82,6% de la gente está preocupada por los problemas de seguridad; 61,5% por la inflación; 51,1% por el desempleo; 36% por la corrupción; 30,7% por el acceso a la educación; 25,3% por el acceso a la salud y 10,9% por los conflictos gremiales. El porcentaje es nulo para la ley de medios o las reformas constitucionales.

Esos reclamos aparecieron claramente en las pancartas que acompañaron a los manifestantes que se concentraron el 8 noviembre, pero el gobierno prefirió minimizarlos y asegurar que la verdadera preocupación de quienes reclamaban pasaban por el cepo cambiario y la exigencia de obtener dólares para "las vacaciones". Esa actitud fue observada por la gente y en ese sentido la encuesta determina que 48,1% de los consultados -casi la mitad- considera que la Casa Rosada no se está ocupando de sus preocupaciones, mientras 33% cree que sólo se ocupa "a medias" de sus contrariedades económicas y sociales.
 
En suma, 88,1% cree que el Gobierno "no se ocupa bien" de sus principales problemas. Una crítica que también recae sobre la oposición y es así que 48,6% de los encuestados consideró que "ni el Gobierno, ni la oposición" respondieron con eficiencia tras la protesta. Esa falta de respuestas a los reclamos también incide sobre el humor de la gente respecto de lo que pueda suceder en el futuro. Es así que 40,7% de la gente considera que la situación económica estará peor y 39,5% que estará igual. Sólo un 16% cree que estará mejor que ahora.

La dirigencia está obligada a abocarse a trabajar por los reales problemas de la gente. Más aún cuando ingresamos en un año electoral y se corre el riesgo de que los políticos se vean seducidos por discusiones estériles que sólo buscan ganar, no mejorar la realidad.