Tres días antes de la Navidad, Elisa Carrió volvió a lanzar una bomba, como acostumbra: anunció que será candidata a diputada nacional nuevamente, tras haberse declarado “jubilada” de la política en marzo. Además, esta vez ya no se postulará por la Capital Federal, distrito en el que en 2017 cosechó el 50% de los votos, sino por la Provincia de Buenos Aires.
El anuncio de “Lilita” no solamente anticipa una interna picante dentro de Juntos por el Cambio (JPC) sino que también encierra una estrategia de ese mismo espacio político para hacer la mejor elección posible contra el Frente de Todos (FDT), que tiene todas las fichas puestas en ese distrito para lograr mejorar su posición en la Cámara de Diputados.
La decisión de la fundadora de Cambiemos sorprendió a propios y extraños, no solamente porque no esperaban que volviera al ruedo electoral con tanta prontitud, después de la derrota de JPC en las presidenciales de 2019, sino porque incursionará en el territorio bonaerense: allí no solamente la figura fuerte es María Eugenia Vidal, exgobernadora, sino que también tienen su peso los intendentes del espacio y otros dirigentes.
En el partido de Carrió, la Coalición Cívica-ARI, dijeron a Los Andes que la decisión de la exdiputada “en parte es una estrategia” propia de ese espacio político, que, a su vez, “nadie puede desconocer en JPC”.
En tal sentido, sostienen que Vidal; el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y otros líderes y caciques de la alianza opositora que conforman la CC-ARI, el Pro y la UCR “sabían que existía esta posibilidad”.
En el entorno de Carrió no descartan que la lista de candidatos a diputados nacionales de JPC por la Provincia de Buenos Aires, el distrito electoral más importante del país, pueda conformarse tras una elección primaria.
Y sostienen que la decisión de Carrió “por otro lado tiene que ver con ayudar a fortalecer a la CC” en el territorio bonaerense “y que no la ninguneen” a la hora de conformar la nómina de postulantes, lo que está dedicado principalmente al Pro, partido al que acusan de proclamarse equivocadamente como socio mayoritario del espacio.
No solamente los intendentes de JPC querrán tener a su gente entre los postulantes sino también el radicalismo, Vidal y el expresidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, que ya hizo saber a través de uno de sus más importantes dirigentes, el diputado nacional Sebastián García de Luca, que darán pelea: “Ojalá que exista democracia interna en JPC para que la gente decida en las próximas primarias”, dijo el exviceministro del Interior durante la presidencia de Mauricio Macri.
En su anuncio, Carrió no descartó ser candidata a gobernadora de la Provincia de Buenos Aires en 2023. En la CC-ARI dicen que “María Eugenia no está convencida” de volver a pelear por el cargo, que perdió contra Axel Kicillof en 2019. Y que la CC-ARI “tiene en la Capital candidatos de sobra”. “Se gana caminando en la Capital. La Provincia, en cambio, es el núcleo del poder del kirchnerismo. ‘Lilita’ va por ellos”, dicen.
En efecto, la Capital es el bastión de JPC mientras que la Provincia de Buenos Aires lo es del peronismo.
La Capital renueva 13 de sus 25 representantes en la Cámara Baja mientras que la Provincia renueva 35 de los 70. La madre de las batallas, como cada año, está en esa jurisdicción.
En la CC-ARI, al respecto, argumentan que Carrió “sabe que vale más en la Provincia de Buenos Aires con un 35% que en la Capital con el 55%”, porque, entre otros aspectos, sin Vidal prácticamente no hay dirigentes “con las posibilidades de ganarle al peronismo, como Lilita”.
Para el radicalismo, bienvenida
“La discusión de cómo vamos a armar las listas el año que viene tiene que ser una cuestión posterior. ‘Lilita’ Carrió es una dirigente muy importante, de mucho predicamento y que genera mucha adhesión en un sector muy importante de la sociedad, sobre todo en elecciones legislativas. Uno puede tener diferencias con ella o no, pero es una dirigente muy importante de JPC. Y si ella decidiera participar en la Provincia, lejos de tomarlo como un problema lo tenemos que tomar como un dato positivo, porque cuanto más fortalezcamos la lista de Buenos Aires para Cambiemos es mejor”, dijo a Los Andes el diputado nacional Miguel Bazze (UCR-Buenos Aires).
Señaló que el oficialismo ya está apostando todo a hacer la mejor elección posible en el territorio bonaerense, a sabiendas de que es lo que le permitiría lograr la mayoría de la que hoy carece en la Cámara de Diputados para sancionar leyes.
En efecto, el bloque del FDT, que preside Máximo Kirchner, tiene que negociar siempre con opositores no cambiemistas la aprobación de cada ley. No tiene la mayoría invencible que sí ostenta el mismo bloque en el Senado, cámara que conduce la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner.
Otros dirigentes radicales bonaerenses dijeron a este medio que la decisión de Carrió no sorprendió porque “mide bien” en ese distrito, especialmente en el conurbano.
Una encuesta reciente de la consultora Real Time Data le da a la líder de la CC-ARI un 41% de imagen positiva en el Gran Buenos Aires.
En el Pro, en cambio, la decisión de Carrió no parece haber caído tan bien, no solamente en el sector de Monzó, que trabaja para el proyecto presidencialista de Rodríguez Larreta y está enfrentado al macrismo duro, sino entre los intendentes del Grupo Dorrego, que agrupa a jefes comunales del partido, como Jorge Macri (Vicente López), Julio Garro (La Plata), Diego Valenzuela (Tres de Febrero) y Néstor Grindetti (Lanús).
Hicieron saber, según la agencia Télam, que la decisión de Carrió “causó sorpresa y estupor”, y que Vidal optó por el silencio.