La localidad de Palmira fue este miércoles el epicentro político de la provincia, con la llegada oficial del tren de pasajeros, en un recorrido regular que se realizó luego de 30 años, momento en el cual el gobierno nacional de Carlos Menem tomó la decisión que se prescindieran los servicios ferroviarios que comunicaban las provincias con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
Fue la estación de trenes de la localidad sanmartiniana donde se realizó la conocida “Marcha Blanca”, con la participación del presidente Alberto Fernández; más los ministros de Economía, Sergio Massa; y Transporte, Diego Giuliano. Por parte de la provincia, estuvieron tanto el gobernador, Rodolfo Suárez; el vicegobernador, Mario Abed; y el intendente de San Martín, Raúl Rufeil.
El Presidente aterrizó en la Cuarta Brigada Aérea pasado el mediodía, luego viajó en helicóptero hasta el Aeroclub de San Martín, a 7 kilómetros de la estación y posteriormente se subió al tren, para luego arribar a la estación de Palmira cerca de las 14.
En un acto que contó además con centenas de militantes peronistas y también del gremio de los trabajadores ferroviarios, participaron también la mayoría de los intendentes del peronismo, legisladores provinciales y también nacionales.
No obstante, una buena cantidad de vecinos de Palmira también se acercaron al evento, que significó para buena parte un símbolo de lo que alguna vez se tuvo y se perdió a nivel nacional, y que generó la degradación y el empobrecimiento de decenas de localidades del país donde pasaban las vías del ferrocarril.
El ocaso de Palmira
Una de esas ciudades en franco deterioro fue Palmira, que fue tomada como ejemplo por el presidente Fernández para demostrar el golpe que generó la eliminación del servicio del tren de cargas y pasajeros.
“Cuando hace 30 años se cerró la llegada de este tren, Palmira tuvo el triste destino de ser la localidad que más desocupación acumuló en Mendoza. Y por eso hoy tenemos que estar muy felices, porque este tren está dando conectividad a miles y miles de argentinos y argentinas que tienen otra forma de transportarse”, comentó Fernández. Además, el mandatario del Frente de Todos agregó que éste es un acto de gobierno en el cual se “visualiza” el federalismo.
No obstante, siguió recordando la paralización del servicio del tren, y sus efectos: “Si hubo un día trágico en el país fue cuando se dijo ‘ramal que para, ramal que cierra’. Desde ese día el país se desintegró. Me pregunto por qué dilapidamos los argentinos esa red ferroviaria maravillosa que tuvimos”, expresó.
Y amplió: “El tren San Martín a Mendoza no prestaba ese servicio desde hacía 30 años, y había convertido a ciudades como Palmira en ‘fantasma’, con altas tasas de desocupación”.
En base a la situación de Palmira, el intendente Rufeil comentó a Los Andes que la ciudad “ha estado postergada durante décadas” y que es necesario que la Nación “colabore en términos estratégicos y como Política de Estado en la recuperación”, tanto de esta localidad como tantas que permanecieron en el olvido en los últimos 30 años.
Entre las “catástrofes” que ocurrieron en Palmira, el jefe comunal recordó el cierre de la empresa pulpera y de conservas Noel, que dejó a por lo menos “1.000 familias sin trabajo”, así como también el achicamiento de la ex Duperial, empresa que se dedica a derivados vínicos pero que atravesó problemas también con la salida del tren.
“Es un sinnúmero de problemas que ha tenido Palmira y el departamento con la eliminación del servicio del ferrocarril”, consideró Rufeil; y añadió: “Había un centro sanitario que era el policlínico ferroviario, de primer nivel. Todos fueron circulos virtuosos. Palmira fue una ciudad pujante en los ‘60. Se hablaba de Retiro, Constitución y Palmira, como grandes ciudades del ferrocarril″, mencionó el intendente radical.
No obstante, agregó que “luego se cerraron los talleres del ferrocarril, la gente se quedó sin trabajo y el golpe de gracia fue el último tren en el gobierno de Carlos Menen. Las consecuencias fueron nefastas. Trajo concatenada un montón de desventajas. Se deterioró todo en la parte social y económica de la localidad”, agregó.
El punto de partida o papelitos de colores
En este sentido, Rufeil se mostró de igual manera contento con este paso de la llegada del tren, y comentó que es un hecho “que debe festejarse”. “Con beneplácito, veo muy auspiciosa la llegada del tren a Mendoza”, afirmó el Intendente, quien, por otro lado fue cauto y sostuvo que se debe seguir trabajando para que sea competitivo como medio de transporte, para que mejore el sistema y para que realce a Palmira, entre otras ciudades.
“No por ser de otro color político me voy a oponer. El ferrocarril es muy importante, pero sí es necesario que sea bien administrado. Necesitamos más inversión en arreglar los ramales, para que el tren sea más rápido y la gente utilice este medio de transporte”, opinó el jefe comunal, a sabiendas que desde parte del frente Cambia Mendoza se ha sido muy crítico con la llegada del tren, no por el hecho en sí, sino que advierten que no habrá una mejora en calidad si no es con una inversión real.
Por ejemplo, el senador local radical, Martín Kerchner, señaló que “a los argentinos nos conforman con un tren antiguo que une Buenos Aires con Mendoza en 28 horas, mientras (Gabriel) Boric en Chile adquiere trenes chinos de última generación. Viajamos al pasado. La diferencia entre tener peronismo kirchnerista y no tenerlo”, marcó.
Volviendo al intendente sanmartiniano, también dijo que la competitividad “no se obtiene sólo con inversión, sino que es necesario que no sea deficitario, porque si no, cometeremos los mismos errores que se cometieron en el pasado. Debemos ser inteligentes. Si no es competitivo y si no genera ingresos de trabajo genuino para la zona, será difícil”, sostuvo.
Parte de las inquietudes de Rufeil se basan en el tiempo de viaje, que según le comentaron, duraría entre 20 y 23 horas. “La conveniencia del precio ya la tenemos, necesitamos la del tiempo, pero siempre teniendo en cuenta en ofrecer un buen servicio y rentable; porque si es una bolsa sin fondo y se redireccionan recursos sin control y sin beneficios, volveremos a cometer errores”.
Es llamativo el silencio del gobernador Rodolfo Suárez. A pesar de que participó del acto, en la mañana publicó en sus redes sociales sobre la ampliación de servicios de aéreos que llegarán y saldrán del aeropuerto El Plumerillo. Del tren, sólo silencio, como un anfitrión educado que evita hablar del presente que trae el invitado.
Quien también habló sobre Palmira y los posibles beneficios, fue la senadora nacional kirchnerista Anabel Fernández Sagasti, quien puso en la balanza los perjuicios que ocasionó a la localidad y lo que podría recuperar si se avanza con potencia en el servicio de trenes. “Hace 30 años y 20 días que dejó de venir el tren de pasajeros y hoy la ilusión que inunda al vecino de Palmira y de toda la provincia Mendoza. Recordaba años atrás que mis amigos de Palmira me contaban que la ciudad era famosa por ser el pico de desocupación más alto después de que dejó de venir el tren. El tren es alegría, es la seguridad, es la posibilidad de viajar, de unir pueblos, la verdad de que es una excelente noticia para los mendocinos”, mencionó.
En tanto, el presidente Fernández finalizó su discurso también en la misma línea: “Para que Palmira deje de ser esa ciudad fantasma donde deambulaba gente sin empleo y recobre esa fuerza que siempre tuvo y que le negaron, se necesita este tren. Es una ironía, pero este es el tren de la línea San Martín. Como tantas veces en la historia, San Martín vuelve una vez más a Mendoza, esta vez en nombre de tren”.