La interna entre Javier Milei y Victoria Villarruel dejó de ser un secreto y quedó más expuesta que nunca. El presidente exigió públicamente frenar el tratamiento del DNU 70/23 en el Senado, pero su vice desafió la presión: mantiene en pie la sesión convocada para este jueves a las 11 y someterá a votación el “megadecreto”, que está al borde del rechazo.
Villarruel tomó la decisión tras una reunión de Labor Parlamentaria con jefes de bloque en las oficinas del primer piso de la Cámara alta. Según pudo reconstruir este medio, la vicepresidenta propuso a los senadores posponer el tratamiento del DNU, pero no tuvo consenso y finalmente reconoció que no podía seguir dilatando el tema.
“Entendió que, tarde o temprano, debía afrontar la situación”, indicó un participante del encuentro. La titular del Senado había ignorado cuatro pedidos de sesión de Unión por la Patria y bloques provinciales, pero no desconoce que La Libertad Avanza tiene apenas siete integrantes y, por lo tanto, el DNU traba acuerdos para otras leyes.
En el medio de la reunión de Labor, estalló un durísimo comunicado de la Oficina del Presidente donde Milei expresa “su preocupación por la decisión unilateral de algunos sectores de la clase política que pretenden avanzar con una agenda propia e inconsulta, a fin de entorpecer las negociaciones y el diálogo entre los distintos sectores de la dirigencia política”.
“Tanto el tratamiento apresurado del DNU 70/23 como la iniciativa de promover una fórmula jubilatoria sin consenso violentan el espíritu del acuerdo promovido por el presidente en su convocatoria al Pacto de Mayo”, dice el documento.
Además, advierte que “el potencial rechazo del DNU, que actualmente se encuentra próximo a una definición de la Corte Suprema de Justicia, conllevaría un grave retroceso en los derechos y necesidades del pueblo argentino, implicando, por ejemplo, el regreso de la ley de alquileres, el retorno al sistema rígido de obras sociales sindicales, el sostenimiento del modelo corrupto de los Registros del Automotor y la anulación política de los cielos abiertos, entre otras”.
En un párrafo que parece estar directamente dirigido a Villarruel, se afirma que “el Gobierno nacional espera que el Poder Legislativo no se deje cautivar por el canto de sirena de quienes pretenden ‘anotarse’ victorias de corto plazo en detrimento del futuro de los 45 millones de argentinos”.
Finalmente, Milei agradece a “aquellos legisladores que, comprometidos con los intereses de la Patria y la senda del cambio, no se prestan al juego perverso de aquellos que han decidido deliberadamente entorpecer el desarrollo de la Nación”.
La relación con Villarruel venía resentida por el aumento del 30% de las dietas de los legisladores. La titular de la Cámara alta se resistió hasta último momento a firmar la resolución conjunta con Martín Menem para retrotraer el incremento, hasta que no le quedó otra opción.
En la reunión de este miércoles, Villarruel no ocultó su malestar por el comunicado, pero decidió seguir adelante con la sesión, que arrancará a las 11 con el tratamiento de tres acuerdos internacionales, una autorización formal a Milei para salir del país, un proyecto para combatir el lavado de dinero, y finalmente el DNU de desregulación económica.
En Unión por la Patria aseguran tener garantizados los votos para voltear el decreto, que luego deberá completar su curso en Diputados. Los 33 senadores liderados por José Mayans ya están en Buenos Aires, firmes. Necesitan solo cuatro votos más para anotarse la “victoria” que Milei no quiere.
Algunos de esos votos podrían surgir de espacios provinciales: el entrerriano Edgardo Kueider, el correntino Carlos “Camau” Espínola y la rionegrina Mónica Silva están en contra del decreto. La cordobesa Alejandra Vigo mantiene su voto bajo estricta reserva; en la previa, los diputados de Martín Llaryora negaron el quórum para debatir la movilidad jubilatoria.
Será clave, entonces, el rol del radicalismo, que está dividido. El bloque no tiene una postura unificada y se especula con el rechazo de senadores como el fueguino Pablo Blanco (que firmó uno de los pedidos de sesión) y hasta el propio Martín Lousteau, que esta semana promovió un pronunciamiento del Comité Nacional con guiños contra el DNU.
Lousteau escaló la tensión contra Milei este miércoles en la red social X, donde lo tildó “presimiente” por haber atribuido a la UCR posiciones que no tuvo en distintas leyes.