La ministra de Desarrollo Social de la Nación, Victoria Tolosa Paz, fue una de las visitas importantes durante la Fiesta de la Vendimia. En una entrevista con Los Andes, la funcionaria habló de la conflictiva relación política del Gobierno provincial con la Nación, pero también se refirió en forma extensa a su trabajo: la administración de planes sociales.
Tolosa Paz remarcó que su objetivo no es recortar más planes, sino que los que reciben la ayuda terminen la escuela, un déficit que tienen 11.900 beneficiarios de los 24.000 que hay en total en la provincia. “Sin dudas la salida de la pobreza tiene que ver con la generación de trabajo”, razonó también.
-O sea que no se sale de la pobreza con los planes...
-Entendemos la importancia del Potenciar trabajo como una herramienta fundamental del fracaso justamente de los proyectos de desarrollo con inclusión social que le ha pasado a la Argentina. Argentina tuvo periodos en los que los planes llegaron como un paliativo o una curita frente al drama. Fundamentalmente a fines de los 90, cuando se construyó la cobertura más importante, que fue el programa Jefes y Jefas de Hogar. (Había) dos millones de planes jefes y jefas de hogar, en 2002, para dejar después del proceso de crecimiento y desarrollo económico, una Argentina con 220.000 planes. Luego viene la gestión anterior, que elevó el número a 670.000, y luego, con la pandemia, nuestro gobierno también elevó ese monto. Lo que venimos a hacer nosotros por orden del Presidente de la Nación, es reorganizar la política pública, ponerle un techo a la ampliación de las altas de Potenciar Trabajo, porque no hay más altas, y aparte a ordenar algunas desprolijidades que tenía el Potenciar Trabajo, en tanto no había datos de quienes estaban recibiendo la ayuda y la transferencia de 33.000 pesos por mes. Ese es el proceso de validación que terminamos, el cual trajo por supuesto quejas, que son escuchadas, pero que no van a ser atendidas en tanto que no vamos a dar vuelta las medidas que construimos para poder darle tranquilidad al 92% del padrón que validó datos, que nos dijo qué quiere hacer y fundamentalmente qué etapa educativa le quedó trunca. Ahí estamos poniendo todo el foco, en volver a estudiar una política que acerque a estos hombres y mujeres para que puedan terminar la primaria y la secundaria.
-¿Hay una meta en cuanto a la reducción de planes?
-Nosotros no trabajamos con metas de reducción si no con metas de ordenamiento de la política pública. Salimos a hacer la validación de identidad pensando que el 100% de las personas que estaban inscriptas realmente quedaran dentro del padrón. No quedaron pero no porque yo no quiera admitirlas, simplemente no vienen hacer la validación. Hasta las propias unidades de gestión de los movimientos sociales que hoy protestan no los traen. Yo le digo a Eduardo Belliboni, (referente de la organización Unión Piquetera) que traigan a las personas que ellos mismos no encuentran. Ahí hubo una reducción de 100.000 Potenciar Trabajo, con un impacto de 3.200 millones de pesos, que se reinvierten en el sistema productivo y en toda la etapa que viene a partir de marzo, que es la capacitación y la formación laboral.
-Ese reordenamiento ha producido tensión hacia adentro del Frente de Todos.
-Sí, por supuesto. Produce tensiones porque hay sectores de los movimientos sociales que adhieren al frente político, la UTEP básicamente. Ellos validaron la identidad, pero tuvimos tensiones en la última parte que es que 700 mil personas se acerquen al sistema educativo. Hubo una tensión respecto a quién valida la terminalidad educativa, si el Estado o los movimientos sociales. Esa certificación es compartida, después de mucho tiempo el Estado vuelve a tener la preponderancia que tiene que tener en materia de inclusión a la educación, que es un derecho fundamental.
-¿Usted cree que hay enemistad entre el Gobierno nacional y la Provincia? ¿Cree que la relación se puede recomponer?
-Creo que hay que volver recomponer la relación institucional. No puede volver a pasar lo que ocurrió cuando vino el Presidente la última vez. No puede ser que haya un enojo tal que impida sostener la institucionalidad. La democracia tiene que sostener la institucionalidad incluso señalando las diferencias. Eso es un salto hacia la mirada de la sociedad sobre la política. Nosotros tenemos que ser capaces de poner por delante la emergencia y de llegar a Mendoza teniendo claro que no tenemos el mismo pensamiento que el gobernador. Venimos acá con la voluntad, por ejemplo, de acercar recursos para los pequeños productores. Firmamos un convenio con Coviar de 1000 millones de pesos para que los productores de menos de 10 hectáreas puedan tener una transferencia de dinero. Veo que los y las mendocinos no están enojados con el Gobierno nacional. Lo vemos en la inauguración de obras, de cada centro de desarrollo infantil, en cada plan de primera infancia que llega, claramente en el banco de herramientas y en la ayuda alimentaria que llega a Mendoza con la tarjeta Alimentar.
-El Gobierno provincial dice, en cambio, que la Nación la perjudica y discrimina con los recursos.
-Eso no lo comparto. Obviamente entiendo la necesidad de salir a desmarcarse del Gobierno nacional. Pero nosotros tenemos una ejecución presupuestaria en materia de alimentos, de servicio alimentario escolar, y de Potenciar, en las que Mendoza no tiene ningún tipo de discriminación por su color político, como no la tiene Corrientes, Jujuy ni ninguna provincia que adhiere a frentes provinciales que no adhieren al nuestro. Nosotros manejamos la política entendiendo que en la instancia electoral definimos modelos de país y provincia, pero en la etapa de gestión tenemos que trabajar para la gente. Es la forma de devolverle a la política lo que tantas veces la sociedad nos reclama.
-¿Su visita a Mendoza en Vendimia está relacionada al plan de reelección de Alberto Fernández?
-No, esto es mucha gestión que nos permite un rato además ver el disfrute de la cultura y acompañar a los intendentes. Estuve con Emir Félix, con Martín (Aveiro) de Tunuyán, con intendentes de distintos departamentos y colores políticos. Vino un gabinete muy fuerte, una gran cantidad de áreas. Estamos acá porque estamos apoyando a la Mendoza productiva y porque creemos en su capacidad productiva. Creemos en ampliar la matriz. La vitivinicultura vertebró la capacidad turística y gastronómica. Si vemos los niveles de empleo hoy, todo nace de la vitivinicultura, pero también expande al turismo y eso genera divisas.
-¿Usted cree que Alberto Fernández tiene que ser candidato a la reelección?
-Yo creo que Alberto Fernández viene dando señales muy claras en la mesa del Frente de Todos. Él ha dicho: “Yo trabajo todos los días para que el Frente de Todos vuelva a ganar las elecciones”. No está diciendo hoy que no va a ser, pero tampoco está firmando su reelección. Con lo cual queda todavía un tiempo, será el mes de mayo, entiendo yo, la fecha en la que normalmente nuestro frente ha tomado definiciones sobre candidaturas, no solamente la del Presidente sino las del resto de jugadores y jugadoras que tendremos en la cancha para diagramar el partido. Es muy importante la defensa, el centro y la delantera para poder construir un equipo competitivo y que gane la elección, para seguir transformando la Argentina con pilares fundamentales como la producción y el desarrollo con inclusión social a partir del trabajo. Ese es nuestro proyecto político, lejos del endeudamiento, de la timba y del daño que ocurrió en los últimos cuatro años. Este camino que arrancó con tres años consecutivos de crecimiento tiene todavía problemas, no los negamos, intentamos que la gente entienda que aunque tengamos problemas hoy, nada se soluciona mágicamente y lo peor que nos puede pasar es dar un volantazo hacia el pasado reciente. Eso haría un daño tremendo a Mendoza. Cuando vengo a Mendoza veo los 24.000 planes que tenemos aquí. Cerca de 3.000 no tienen primaria y cerca de 8.900 no tienen secundaria. O sea, casi el 50% del padrón no tiene educación obligatoria. El desafío que me impuse es trabajar con sector privado para ver cómo los que terminaron la escuela puedan formarse para ingresar al mundo del trabajo o quienes no terminaron la escuela, puedan terminar sus estudios. Todo el esfuerzo es para que luego sí haya una inclusión laboral definitiva.