La pluma de Pola Oloixarac sacudió el domingo cuando una columna de su autoría titulada “Santiago Cafiero, galán tóxico de sangre azul”. El texto, publicado en La Nación, describió al Jefe de Gabinete como una persona que está dentro del “sistema de castas del peronismo” y que representa “una dinastía feudal de la provincia de Buenos Aires”.
“De creerte mil porque tu superioridad viene de cuna, aunque también compraste el pack de que sos pueblo por derecho divino. ¿Cómo no vas a despreciar la meritocracia, si lo tuyo es la aristocracia, el derecho de sangre?” es otro de los pasajes de la columna, con un remate que despertó la polémica: “Como el prototipo de la rubia tarada, Cafiero funcionaba mejor mientras callaba”.
Rápidamente Cafiero copó los temas de conversación en Twitter y en más de una reunión familiar por el Día de la Madre. Las repercusiones fueron de lo más diversas.
La presidenta de Télam, Bernarda Llorente, advirtió que “hay límites que en periodismo nunca deberían cruzarse”. Y el presidente de la Nación, Alberto Fernández con un Me Gusta, adhirió a sus líneas, aunque no se expresó al respecto en su cuenta oficial.
El peronismo local, con el senador Lucas Ilardo a la cabeza salió con los tapones de punta a criticar la columna: “Si @LANACION saca esta editorial, @SantiCafiero debe estar haciendo bien las cosas”. Los diputados Duilio Pezzutti y Bruno Ceschin se hicieron eco poniendo Me Gusta.
Entre las manifestaciones a favor, aparecieron las del intendente de Pinamar, Martín Yeza (Juntos por el Cambio), quien bancó el estilo de Oloixarac y aseguró que “la realidad política es una excusa para su literatura”.
La actriz Mercedes Funes, fue otra que se refirió a la necesidad de plumas como las de Pola cuando “cada vez son menos los q se animan a decir lo q piensan en voz alta”.
Además, muchas personas felicitaron a la periodista por su estilo, defendiendo su ironía y humor a la hora de escribir.
La grieta dentro del mismo diario
Sin dudas que los coletazos de la columna sacudieron dentro del propio medio. Dos periodistas de La Nación salieron a criticar lo escrito por su compañera.
Santiago Dapelo, periodista y acreditado en Casa Rosada, no tuvo reparos al decir que “esta nota de opinión, disfrazado de perfil berreta, representa todo lo que está mal en el periodismo”.
Para Maia Jastreblansky, también periodista del diario, “se puede contar una buena historia de un funcionario con datos. Innecesaria esta cosificación superficial”.