Mauricio Claver-Carone, encargado de Donald Trump para América Latina y uno de sus hombres más influyentes en política exterior, anticipó que Estados Unidos investigará a Javier Milei por el escándalo de la criptomoneda $LIBRA debido a la gran cantidad de ciudadanos norteamericanos que habrían sido estafados.
“Es complicado porque hubo víctimas, hubo personas defraudadas americanas. Hubo cientos, sino miles, que perdieron millones de dólares, y están involucrados algunos asesores del presidente”, afirmó Claver Carone en una entrevista con CNN en español.
El ex director del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y ex asesor del Consejo de Seguridad Nacional durante la primera presidencia de Trump dejó en claro que el caso no pasará desapercibido para la justicia estadounidense. “Creo que va a haber temas de investigación judicial, por lo cual es un tema complejo”, advirtió.
Las declaraciones cayeron como un balde de agua fría en la Casa Rosada, que hasta el momento ha intentado minimizar la crisis. Milei solo hizo una referencia indirecta al tema durante su discurso en la Asamblea Legislativa, donde comparó el escándalo con los 110 mil millones de dólares que, según él, la “casta” les robó a los argentinos.
El FBI también investiga el criptogate
Según fuentes citadas por CNN, el FBI ya inició una pesquisa sobre la criptoestafa, lo que podría convertirse en un dolor de cabeza para el Gobierno libertario en pleno año electoral en Estados Unidos, informó la Agencia Noticias Argentinas.
El involucramiento de Claver Carone es un dato clave: además de haber sido destituido del BID tras un escándalo interno, es el republicano más crítico de Milei dentro del círculo de Trump. De hecho, se lo señala como una de las figuras que podría influir en la relación bilateral por encima del secretario de Estado, Marco Rubio.
La posición de Claver-Carone complica los planes de Milei para conseguir apoyo del Departamento de Estado y de Trump en caso de que el expresidente regrese a la Casa Blanca.
Aunque el ex funcionario republicano reconoció que podría haber “algún tipo de acuerdo que proporcione más inversiones” para Argentina, dejó en claro que el escándalo financiero podría convertirse en un serio obstáculo para la relación entre Washington y Buenos Aires.