El ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Solá, justificó este jueves la decisión de abandonar el Grupo de Lima, que denuncia violaciones de los derechos humanos en Venezuela y lleva adelante gestiones para resolver la crisis en ese país, y aclaró que la medida no implica un cambio en la política exterior de la Argentina.
“Fue solamente formalizar algo que venía ocurriendo desde el 10 de diciembre de 2019, nuestra decisión de no participar en el Grupo de Lima. No hemos firmado nunca una declaración de ellos. Eso es todo, no ha habido ningún cambio en nuestra posición internacional ni respecto de Venezuela, ni respecto de Estados Unidos”, dijo el funcionario nacional en declaraciones a radio El Destape.
Solá desestimó las críticas de los referentes de la oposición que advirtieron que así el gobierno de Alberto Fernández formalizó su acercamiento al venezolano Nicolás Maduro.
El canciller reconoció que representantes del gobierno estadounidense que conduce Joe Biden giraron consultas a la embajada argentina en Washington para saber “si esto significaba un cambio”.
“Se les aclaró que no, que no significaba ningún cambio, que de hecho no estábamos perteneciendo al Grupo de Lima hace rato, que desde noviembre pertenecemos al Grupo de Contacto de la Unión Europea, y que ese cambio lo hicimos hace mucho. Ahora, lo único que hicimos fue formalizar esa salida del Grupo de Lima”, reveló.
Solá indicó que el Grupo de Contacto analiza “metodologías” para lograr que el “pueblo venezolano deje de sufrir” y tenga una “situación democrática más sólida”, y criticó el modo de trabajo en el Grupo de Lima: “Ese debate nunca estuvo presente en el Grupo de Lima que tiene un nivel de dogmatismo para ver las cosas, mucho mayor”.
“No hemos modificado nuestra actitud hacia Estados Unidos, para nada. Hemos saludado el triunfo del presidente Biden, lo hemos saludado como un recambio muy importante en los Estados Unidos. Y la verdad que le hemos comunicado al Departamento de Estado que no había cambios en nuestra relación hacia Venezuela y Estados Unidos”, insistió el ministro.
El funcionario desestimó así los cuestionamientos contra la decisión oficial, que generó polémica también porque se conoció durante la conmemoración de un nuevo aniversario del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 que marcó el inicio de la última dictadura militar.
“No significa algo más. Significa la misma Argentina de hace un mes”, dijo y recordó que el gobierno de Alberto Fernández votó contra Venezuela por el tema de los derechos humanos, en octubre, en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
“Teníamos un informe de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos Michelle Bachelet. Nosotros seguimos y apoyamos lo que hace Bachelet en ese sentido”, aseguró.