Sin acuerdos, la reforma de la Constitución no se votará este año

El ministro de Gobierno sostuvo que ya “no dan los plazos” para que se pueda votar el referéndum por el Sí o No a la modificación de la Carta Magna en las generales de noviembre. Disparos cruzados entre el radicalismo y el peronismo.

Sin acuerdos, la reforma de la Constitución no se votará este año
Rodolfo Suárez y el ministro de Gobierno Víctor Ibañez, socios en el proyecto de reforma constitucional.

Mendoza perdió otra oportunidad para reformar la Constitución Provincial. En el Poder Ejecutivo no solamente ya no hay esperanzas de cambiar la opinión del principal espacio opositor, el Frente de Todos; sino que destacaron que en términos de plazos, al no tener aprobada la necesidad de la reforma en la Legislatura antes del llamado a elecciones que realizó el gobernador Rodolfo Suárez en junio, se venció la chance de que el pueblo mendocino votara a favor o en contra de modificar la Carta Magna en las generales del 14 de noviembre. Así las cosas, habrá que esperar hasta la próxima elección de diputados nacionales para probar suerte otra vez, es decir en 2023.

Si bien a comienzos de la gestión de Rodolfo Suárez se pensó que había chances reales de reformar la Constitución, teniendo en cuenta que fue una propuesta de campaña no sólo del radical, sino también de sus principales rivales en su momento (Anabel Fernández Sagasti por el peronismo; José Luis Ramón por Protectora; y Noelia Barbeito por el Frente de Izquierda), mes a mes las complicadas relaciones entre oficialismo y oposición tensaron las posibilidades de acuerdos, al menos desde el Frente de Todos, que la rechazó y sostuvo que “no era el momento” para discutir una reforma de este calibre.

Pero además, para ganar apoyos opositores el mandatario dejó de lado lo que fue una piedra en el zapato de todos los intentos de reforma de sus antecesores: la reelección del gobernador. Por este motivo se pensaba que precisamente el proyecto de reforma tendría el apoyo amplio de la Legislatura.

Pero no fue así, y todo comenzó a dilapidarse en febrero de este año, cuando a través de un comunicado -”comunicadito sin argumentos”, según lo tildó el propio Suárez – en el peronismo echaron por tierra a uno de los principales ejes de campaña del Gobernador.

En diálogo con Los Andes, el ministro de Gobierno Víctor Ibáñez afirmó que “desde el momento que se convocó a las elecciones y no se votó antes de eso la necesidad de la reforma en la Legislatura, ya no se puede convocar a un referéndum”, lanzó.

Dicho llamado a elecciones se firmó el 4 de junio mediante el decreto 703, en el que se adhirió a la modificación de la fecha de las elecciones nacionales al 12 de septiembre (primarias) y 14 de noviembre (generales), ya que en otra norma, la 568, Mendoza ya había dispuesto sus comicios en conjunto con la Nación.

“Al no tener aprobada la necesidad de la reforma es que ya no da tiempo para votarlo este año”, se lamentó Ibáñez. Otros constitucionalistas consultados por Los Andes igualmente dejaron dudas respecto a la imposibilidad de poder votar en estas semanas el proyecto y llamar a referéndum.

Pero lo cierto es que más allá de la interpretación de la Constitución, la oposición no dará los dos tercios necesarios, al menos este año.

El proyecto de la necesidad de la reforma fue presentado en febrero de este año, y si bien se impulsó un trabajo en conjunto de los bloques para debatirlo, con el correr de los meses se fue diluyendo el interés ante el rechazo peronista, y por ende la cantidad de reuniones periódicas.

La idea del Poder Ejecutivo era debatir en el recinto legislativo el proyecto, pero al necesitar mayoría especial (dos tercios de los senadores y diputados) debía ser acompañado por la oposición. Una vez aprobada esta iniciativa, se esperaba poder llegar con los tiempos para que en las generales de noviembre, tal como indica la Constitución, pudiera estar también la boleta del referéndum, en el cual el pueblo mendocino debía expresarse por el Sí o No a la reforma.

También era una buena oportunidad para elegir también a los convencionales constituyentes, como se hizo en las elecciones de 1989. En esos comicios, el constitucionalista Alejandro Pérez Hualde recordó que se votó el referéndum y los convencionales, pero como ganó el No, quedó sin efecto esa elección de quienes debían discutir y redactar las reformas.

Además, el secretario de la Junta Electoral, Jorge Albarracín, destacó a Los Andes que en estos plazos -y con la ley de las PASO- solamente se podría haber votado el referéndum en las generales de noviembre, ya que no había tiempo para presentar a los precandidatos a convencionales constituyentes en las primarias de septiembre.

De esta manera, quedará cajoneado el proyecto hasta seguramente el año que viene, cuando ya sin elecciones en la mira, pueda volver a establecerse una discusión o un debate para aggiornar una Carta Magna que lleva vigente 105 años.

Lamento radical y acusación peronista

Para el ministro de Gobierno, el peronismo “faltó a su palabra” al rechazar una reforma “que habían prometido en la campaña del 2019 a su electorado”. De hecho, recordó debates en los que participó Fernández Sagasti en la que se mostró a favor de la reforma constitucional.

“El justicialismo negó una vez más la posibilidad de dar un debate con la reforma constitucional que es clara y necesaria”, disparó Ibáñez, y lamentó que haya sido “fuera del ámbito natural, como lo es la Legislatura”.

También los acusó de haber “impedido” a la propia ciudadanía de Mendoza a que se manifestara a favor o en contra del proyecto de reforma. “No necesariamente tenían que aprobar nuestras propuestas, ha estado abierto el debate en el recinto para proponer otros cambios y tener la mejor reforma posible”, manifestó.

Además puso en valor los “valiosos aportes” que hicieron distintas organizaciones, como la Universidad Nacional de Cuyo, así como también el Consejo Económico, Ambiental y Social, “que votó a favor de abrir el debate”.

En este sentido, remarcó que la idea del oficialismo es una reforma “que no contiene la reelección del gobernador y que apunta a que haya equilibrio fiscal, autonomía municipal, derechos de tercera y cuarta generación y una disminución del costo de la política con la unicameralidad. Se negaron a todo. Lo hicieron por fuera y sin dar chance a la ciudadanía para que decida”, sostuvo.

No obstante, de igual manera expresó que el Gobierno seguirá “promoviendo el diálogo” para debatir en algún momento la reforma de la Constitución.

En tanto, el senador provincial y flamante precandidato a diputado nacional Adolfo Bermejo defendió a su partido y apuntó los cañones contra el oficialismo. “Ni siquiera tuvieron consensos internos en el radicalismo. Siempre se supo que varios resisten esta reforma”, disparó.

Además aseguró que el proyecto “nació mal de arranque porque no tuvo los consensos necesarios y ni siquiera hubo diálogos con la oposición. Recién nos enteramos cuando estaba casi terminado el proyecto y después supimos que habían puesto también condicionamientos a algunos puntos”, comentó.

Bermejo aprovechó para criticar al radicalismo, al considerar que “en las grandes reformas se viene equivocando”, y metió también al suspendido debate por la ley de Educación. “Abusan de las mayorías en las cámaras y no nos dejan ni dialogar con los ministros. Después cuando necesitan de nuestros votos vienen a buscarnos”, lanzó.

Finalmente, se mostró abierto a un “diálogo franco” para reencausar el debate luego de las elecciones, pero advirtió: “Si se sigue en la misma postura, será difícil conseguir acuerdos. El año que viene veremos qué aparece en el horizonte”.

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