Con Bento destituido arrancó la carrera por sucederlo en el “codiciado” juzgado N°1: cómo es el proceso

El Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados de la Nación lo encontró culpable por mayoría al haber incurrido en causas de mal desempeño en sus funciones.

Megajuicio al juez federal Walter Bento, acusado de liderar una asociación ilícita que cobraba coimas a presos por beneficios judiciales

Foto: Orlando Pelichotti
Megajuicio al juez federal Walter Bento, acusado de liderar una asociación ilícita que cobraba coimas a presos por beneficios judiciales Foto: Orlando Pelichotti

“Buenos Aires es un hervidero”, confirmaban días atrás magistrados mendocinos sobre las presiones que recaían sobre los integrantes del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados de la Nación. Este miércoles finalmente el Jury emitió un un fallo inédito: destituyó al juez federal Walter Bento, que derivará en que vaya preso.

La sentencia se conoció esta mañana Bento siguió el fallo desde los Tribunales Federales de Mendoza y a la par de sus efectos inmediatos, arrancó otra discusión: quién sucederá al magistrado al frente del Juzgado Federal Número 1, que es el que tiene, además, la competencia electoral en la provincia.

“Es un juzgado muy codiciado por ser electoral”, dicen en tribunales federales, lo que supone una puja intensa en el concurso de selección, que demorará, como mínimo y a partir de un pronóstico muy optimista, un año.

Tanto en el Consejo de la Magistratura de la Nación como en la Justicia Federal de Mendoza señalan que la sucesión de Bento arrancará “de inmediato”, tras el fallo por mal desempeño.

En Mendoza ponen como ejemplo la decisión de la Corte Suprema de Justicia en otro caso. Ordenó rápidamente el inicio del concurso para designar a un nuevo juez o jueza que remplace a Ana María Figueroa.

Horacio Rosatti, el presidente de la Corte nacional, también es el jefe máximo del Consejo de la Magistratura, donde se elaboran las ternas de aspirantes a jueces. Pero este organismo de 19 integrantes –tiene 20 en realidad, pero ese cargo no ha sido ocupado por otro conflicto- también está compuesto por legisladores, un representante del Poder Ejecutivo nacional y otros jueces, además de abogados y académicos.

De hecho, el caso de Figueroa tiene mucha complejidad política. La presidenta de la Cámara Federal de Casación fue dejada cesante por la Corte al cumplir los 75 años de edad, pero luego el Senado nacional, por impulso del kirchnerismo que quiere que siga en el puesto, y del propio Presidente Alberto Fernández, le dieron una prórroga de cinco años.

La comisión de Selección del Consejo de la Magistratura es la caja de resonancia de este conflicto de poderes y todavía no ha avanzado en ningún sentido. Allí está pendiente de definirse “si se hace un concurso nuevo para remplazar a Figueroa o si se acumula la vacante”, explicó una fuente del Consejo. Y agregó: “Además está la cuestión extra del pliego aprobado por el Senado y que la Corte dijo que ya no es más jueza, me parece que no es un tema que se vaya a resolver inmediatamente”, expresó.

El Consejo de la Magistratura, además, tendrá cambios en diciembre y espera el resultado de la segunda vuelta electoral por la Presidencia. Esto determinará a fin de año quién representa al Gobierno nacional en el organismo y quién ocupa el lugar de Rodolfo Tailhade, el diputado kirchnerista que termina su mandato.

El concurso

La comisión de Selección que preside María Fernanda Vázquez, consejera y decana de la facultad de derecho de la Universidad de Lomas de Zamora, será el punto de partida de la designación del remplazante de Bento.

El proceso incluye la presentación de antecedentes, un examen escrito y otro oral, y la realización de entrevistas personales con cada uno de los postulantes.

Todo esto deriva al final en la definición de ternas de aspirantes que van al Ministerio de Justicia de la Nación. Es el Poder Ejecutivo, al final, el que decide a quién elige. Luego el pliego de la persona seleccionada va al Senado para que preste acuerdo.

La política fija allí los tiempos para la votación de los pliegos. Por ello, los pronósticos menos optimistas dicen que podría demorar dos años la designación del nuevo o nueva titular del Juzgado Federal Número 1.

Durante todo este tiempo, la tarea de impartir justicia por Bento seguirá en manos de dos subrogantes. Las causas que manejaba el magistrado suspendido en mayo pasado fueron conferidas por la Cámara Federal de Apelaciones a Marcelo Garnica, titular del Juzgado Federal Número 3. Garnica fue secretario del propio Bento hasta que en 2015 se convirtió en juez.

En tanto, el 2 de junio pasado la Cámara Nacional Electoral resolvió que Pablo Oscar Quirós, titular del Juzgado Federal Número 2, asumiera la competencia electoral.

Mal desempeño

El probable recambio en el Juzgado Federal Número 1 sería consecuencia de un proceso con malísimos antecedentes para el juez mendocino.

A instancias de la causa penal, en la cual Bento es juzgado como presunto jefe de una asociación ilícita que recibía coimas a cambio de beneficios judiciales, el Consejo de la Magistratura inició el proceso por mal desempeño de funciones.

A fines del año pasado, la comisión de Acusación emitió un fuerte dictamen en el que recomendó su suspensión y la apertura del proceso de remoción, por cometer “conductas enderezadas a recibir dinero o bienes a cambio de resoluciones favorables”, por el “enriquecimiento patrimonial apreciable e injustificado” y “por actos de infracción al deber de magistrado”, entre otras causales.

En mayo de este año, el plenario del Consejo de la Magistratura votó en forma unánime a favor de la suspensión de Bento. Recién a partir de este momento, el magistrado cuestionado dejó de ejercer como juez.

La causa pasó entonces a manos del Jurado de Enjuiciamiento, que también es un tribunal político. Lo componen dos magistrados, Javier de la Fuente (presidente) y Javier María Leal de Ibarra; dos senadores nacionales, Daniel Bensusán (Frente de Todos) y José Torello (Pro); dos diputadas nacionales, Anahí Costa (FdT) y Ana Clara Romero (Pro); y el abogado Alfredo Barrau.

El Jurado de Enjuiciamiento desarrolló un proceso corto que ya terminó y que emitió sentencia de destitución hoy.

El juez, al borde del precipicio, había prometió por primera vez que, si no es destituido, se tomará licencia hasta que termine el juicio penal.

Entre la cárcel de Cacheuta y la prisión domiciliaria

Walter Bento tiene cinco pedidos de prisión preventiva emitidos en la causa judicial. Hoy al ser destituido perdió los fueros y tendría que ir a la cárcel.

La modalidad de esta medida será definida por las juezas del Tribunal Oral Federal Número 2: Gretel Diamante, María Carolina Pereira y Eliana Rattá.

Técnicamente correspondería que Bento sea destinado al Complejo Penitenciario Federal Número 6, que fue inaugurado en 2018 en Cacheuta. La otra opción, menos probable, sería que lo enviaran a la cárcel de Ezeiza.

El propio magistrado ya abrió el paraguas y busca usar a su favor un informe socio-ambiental que menciona la dependencia de sus padres que tiene un hijo del matrimonio Bento. El joven tiene parálisis cerebral y el informe ha servido para que Marta Boiza, esposa del juez e imputada, se ausente de las audiencias del juicio penal.

Si las juezas contemplaran esta situación, podrían dictarle la prisión domiciliaria. Hay que recordar que Bento vive en el barrio Palmares y, aunque se intuye que tiene empleadas, además de las lógicas comodidades para su hijo, el magistrado aduce que la quita del salario como juez lo ha privado de fondos para mantener la rehabilitación de su hijo.

En tribunales federales confían en que las juezas tomarán la mejor decisión. “Son muy serias y lógicas, están llevando bien el juicio”, señalaron desde ese ámbito a Los Andes.

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