El gobierno de Santa Fe emprendió una acción contundente en su lucha contra el narcotráfico, protagonizando una requisa sorpresa en la cárcel de Piñero el pasado fin de semana.
Maximiliano Pullaro, gobernador de la provincia, compartió en sus redes sociales los resultados de esta operación, que recordó las medidas adoptadas por el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, en su enfrentamiento contra las pandillas.
En una declaración contundente, Pullaro advirtió: “Cada vez la van a pasar peor”. Este mensaje refleja la determinación del gobierno santafesino para enfrentar la problemática del narcotráfico desde sus cimientos.
Además, se refirió al plan de seguridad de la provincia, señalando que están trabajando en ello y que están conscientes de que las cárceles son un punto clave en la cadena delictiva.
Postales de la requisa a lo Bukele en Santa Fe
La requisa sorpresa en la cárcel de Piñero se llevó a cabo en cuatro pabellones, donde se secuestraron armas blancas, teléfonos celulares y chips.
Esta medida se produce en un contexto de endurecimiento de las medidas de control a los presos, tras un ataque a un micro que transportaba penitenciarios, lo que ha generado más amenazas y atentados.
Lucía Masneri Calderari, secretaria de Asuntos Penales, detalló que el operativo se centró en los pabellones donde están internos vinculados a bandas narcocriminales, así como en unidades con internos de alto perfil.
Se revisaron casi 250 personas en todos los espacios de alojamiento, incluyendo la realización de rayos X para detectar objetos ocultos.
La cárcel de Piñero tiene una historia turbulenta, albergando en el pasado a los máximos capos del narcotráfico en la región. Los recientes operativos buscan ajustar el control sobre los presos considerados de alto perfil, sospechados de ordenar delitos desde dentro de las cárceles.
Desde el inicio de la gestión, se han realizado movimientos significativos en el sistema carcelario de Santa Fe. Más de 1200 detenidos han sido trasladados de comisarías a unidades penitenciarias, mientras que los reclusos de alto perfil ahora reciben visitas bajo estrictas medidas de seguridad.