Desde la flamante sede del Partido Justicialista de Mendoza, Anabel Fernández Sagasti sacó chapa de autoridad y se refirió a varios temas coyunturales. En campaña y jugando de local en el nuevo escenario peronista, que querrá mostrar la nueva impronta en la conducción, será crítica con la gestión del gobernador Rodolfo Suárez, pero hablará de los errores del peronismo.
Aunque con el calendario electoral confirmando a las Elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) para el 8 de agosto y las Generales el 24 de octubre, la pelota la tiene Suárez que debe decidir si desdobla o unifica comicios.
El aval de los intendentes lo tiene, incluso de los peronistas. Los factores a tener en cuenta son dos. El sanitario pesaba antes y más ahora con la segunda ola a la vuelta de la esquina. En pocas cabezas estaría la idea de aglomerar gente varias veces en un año como este, por el riesgo de contagio y el mal humor social.
El otro, y no menos importante, es el económico. El ahorro en los gastos electorales sería importante para la provincia, cuyo Poder Ejecutivo fogonea una baja en el gasto a través de la reforma constitucional. Entonces, en el peronismo sostienen que unificar los comicios sería ir en esa línea de austeridad, aunque no hayan querido acompañar el proyecto.
Y por las dudas, desde la conducción del PJ llegó la definición. “Creo que las elecciones tienen que ir unificadas porque se gasta mucho, mucho dinero en una elección provincial”, indicó Fernández Sagasti. No obstante, avisó que es una decisión del Gobernador y recordó también que mantiene esa posición desde la gestiones de Francisco Pérez, Alfredo Cornejo y Rodolfo Suárez.
“Ni hablar si también desdoblan los municipios. Lo he dicho con compañeros intendentes de nuestro partido. Hablando con la gente, no tienen ganas de ir a votar tantas veces y más en una situación de pandemia”, afirmó.
Por eso motivos es que cree que “todo eso” es lo que tiene que analizar Suárez a la hora de tomar una decisión sobre cómo será el calendario electoral de la provincia.
Una relación que no fluye
“Hubo desencuentros” expresó la presidenta del PJ a la hora de definir cómo es la relación con el Gobierno provincial. Y lo ejemplificó en el terreno legislativo, en donde asegura que conviven oficialismo y oposición y que se han hecho propuestas pero “no han sido tenidas en cuenta”. Resaltó que “siempre el peronismo va a estar, en lo que sea una mejoría para la ciudadanía”.
La victimización oficialista es uno de los caballitos de batalla de la oposición. “Es una estrategia electoral que tiende a tapar alguna desidia que hay en la gestión provincial, y lo digo con mucha humildad y mucho respeto por el rol que a nosotros nos toca”, asegura la dirigente.
La estrategia del PJ, según sus palabras, será la de “estar cerca de los mendocinos y mendocinas, y si eso es estar al lado del Gobierno de la provincia, gestionando, lo vamos a hacer”. Sostiene que desde el peronismo “cuando pensamos que las cosas están mal, siempre hay una propuesta superadora para aportar a las ideas y a las soluciones que necesitan los mendocinos”.
Entre la chicanas radicales, la reforma constitucional no entraría en esta categoría porque “ni siquiera se sentaron a debatir, dijeron que no porque no”.
La renovación que quiere terminar con la sequía electoral
La nueva sede pejotista, amplia y luminosa, es el hogar de aquí en más para propios y extraños. La aclaración de que “será de puertas abiertas, para la búsqueda de consensos y de formación” quiere marcar una diferencia con las conducciones anteriores.
“Estamos en un proyecto de peronismo unido fuerte, renovado y ahora tenemos que hablar con los mendocinos y transmitirles lo que queremos hacer, con los brazos abiertos y convocando a todos, esa va a ser nuestra mejor estrategia”, dice la presidenta. En cierta manera, limar las diferencias puertas para adentro y lograr que eso se mantenga en el tiempo avizora como el principal desafío.
Porque teniendo una “conducta seria, transparente y creíble para la sociedad” será la manera de “ser elegidos por los mendocinos”, algo que no viene sucediendo desde hace varias elecciones. Desde allí parte la autocrítica de reconocer que “fue por errores propios”, pero lejos de mostrar debilidad por el mea culpa, enfatiza en que “la autocrítica es el patrimonio de los movimientos transformadores”.
Por si quedaban dudas, desde España al 1200 de Ciudad, el peronismo se jura recuperar el caudal de votos que le permitió llegar al poder y de una vez, ser el verdugo del radicalismo en las urnas.