La jueza Elena Inés Highton de Nolasco (78) sorprendió el martes al anunciar su renuncia a la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJ) y su salida se enmarca en la crisis interna que transita el máximo tribunal, que se hizo pública tras la polémica votación en la que Horacio Rosatti quedó a cargo de la presidencia.
Highton de Nolasco formalizó su decisión a través de una carta que le envió al presidente Alberto Fernández, en la que no incluyó explicaciones. “Tengo el agrado de dirigirme al Señor Presidente de la República, con el objeto de presentar mi renuncia al cargo de Jueza de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, con efectos a partir del 1 de noviembre del corriente año”, escribió.
La magistrada que llegó a la Corte en 2004, propuesta por Néstor Kirchner, optó por dejar el cuerpo en medio de un recambio de autoridades que expuso la pelea de poder interna: Rosatti inició su gestión el pasado viernes como presidente para suceder a Carlos Rosenkrantz, quien asumió como vicepresidente en reemplazo de Highton de Nolasco.
El paso al costado alimentó las especulaciones sobre las crecientes diferencias entre los magistrados de la CJS, que comenzaron a tomar entidad en los últimos días ante los hechos y las expresiones de algunos protagonistas como el juez Ricardo Lorenzetti.
La magistrada en retirada fue una de las protagonistas centrales del reciente episodio que se vivió en la Corte y que no tardó en generar controversia. Ella fue la que pidió suspender la reunión virtual para definir a las nuevas autoridades, luego de que Lorenzetti informara que no podía participar.
Pero su gestión fue en vano, porque Rosenkrantz, entonces titular de la Corte, rechazó el planteo. Y ante la negativa, Highton de Nolasco optó por no participar del proceso que terminó con un llamativo resultado: Rosatti fue electo con el aval de Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda, y porque se votó a sí mismo.
Lorenzetti se encargó de hacer público su malestar y de exponer las distintas sintonías que conviven en el máximo tribunal, aunque evitó hablar de “crisis”. Lo hizo con una carta que difundió y con declaraciones en los medios. “Yo nunca me hubiera votado a mí mismo”, se quejó.
“Creo que eso no estuvo bien. Yo no cambio las ideas, creo que la Corte tiene que dar previsibilidad. Respeto la idea de otro, no lo comparto. Fijé mi posición públicamente porque la Corte tiene principios, nosotros tenemos que darle tranquilidad a la población, tenemos que transmitirles a todos cuales son los principios de la Corte”, manifestó Lorenzetti en una reciente entrevista con A24.
El magistrado, que estuvo al frente de la CSJ durante casi una década, reconoció que sus integrantes tienen “ideas diferentes” pero advirtió que “las partes colegiadas no tienen porqué tener conflictos graves”. “Nuestra responsabilidad frente a la sociedad es que seamos serios”, reclamó.
Highton de Nolasco estuvo 17 años en la Corte y su permanencia en el cargo fue motivo de duras críticas incluso de Cristina Kirchner. En una extensa carta abierta que publicó en diciembre del año pasado, la Vicepresidenta apuntó contra la magistrada porque “no renunció a su cargo al cumplir los 75 años de edad”, tal como lo estableció la reforma constitucional de 1994.
“Recurrió a un Juez de primera instancia para que le permitiera permanecer en el cargo en acuerdo con el Gobierno de Cambiemos y en abierta violación a la jurisprudencia de la misma Corte Suprema y a lo dispuesto por la Constitución Nacional”, agregó la ex presidenta en el texto, en el que planteó que “no debería extrañar que (el máximo tribunal de Justicia) empiece a dictar fallos para hacer fracasar a este Gobierno”.
La salida de Highton de Nolasco deja la Corte con cuatro integrantes en pugna: Rosatti y Rosenkrantz, designados en el gobierno de Mauricio Macri; Lorenzetti, a quien postuló Néstor Kirchner, y Maqueda que llegó en la presidencia de Eduardo Duhalde.
Para cubrir la vacante, el presidente Fernández tendrá que buscar a un candidato que logre el respaldo de dos tercios del Senado de la Nación, una misión que podría complicarse si en las legislativas de noviembre el Frente de Todos no logra retener sus bancas en la Cámara alta.