El proyecto para reformar la Suprema Corte de Justicia de Mendoza se acerca a la etapa de definiciones en la Legislatura sobre los cambios que se harán. En las últimas horas, se intensificaron los contactos y por estas horas se trata de buscar un consenso.
Omar Palermo y Mario Adaro, los dos ministros del ala filoperonista pulen la exposición para presentarse ante los diputados y senadores dentro de la comisión de Legislación y Asuntos Constitucionales (LAC). El presidente del máximo tribunal, Dalmiro Garay y la ministra María Teresa Day harán lo propio en el segundo turno. Si todo sigue como hasta ahora, el despacho saldría cerca del mediodía y mañana se tratará en la sesión de la Cámara de Diputados.
Cambia Mendoza y el Frente de Todos han abierto un canal de diálogo para tratar de romper el maleficio de tantos desencuentros. Hay una chance, mínima, pero la hay. El peronismo cocina una propuesta aunque hasta donde pudo confirmar Los Andes, no había llegado a las manos oficialistas. Hay hermetismo sobre las líneas argumentales de la iniciativa y todo terminaría de definirse hoy.
A las 8.30 está prevista la exposición de Mario Adaro y Omar Palermo, integrantes de la apuntada Sala Segunda de la Corte. Se desconocen los ejes discursivos, como también el tono crítico a la propuesta enviada por el Gobierno provincial. Todo estaba sujeto a si se acercan o no las posiciones. “Van a ir con el casco, por las dudas”, contó con humor un dirigente peronista.
Los supremos ya venían anticipando que compartían la necesidad de sortear algunas causas que encuentran en la segunda quincena de cada mes, la preferencia de los demandantes por ambos magistrados. El problema se suscita en la eliminación de las salas, la pérdida de la especialidad y las nuevas facultades de la Sala Administrativa (además de cómo se conformará) porque entienden que de esa manera se coopta al Poder Judicial.
Después será el turno del ala filo radical, la cual estará representada por el presidente de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza, Dalmiro Garay y María Teresa Day. Se descuenta que harán una defensa del proyecto enviado por el Poder Ejecutivo pero no se sabe si harán referencia a la iniciativa que intentó consensuar el ex ministro de Gobierno de Alfredo Cornejo y no prosperó.
Hace varios meses se viene hablando de un proyecto para cambiar el funcionamiento del máximo tribunal, pero la iniciativa que circuló por los despachos que se ubican en el cuarto piso de Tribunales, no tuvo el aval unánime y por eso, fue el gobernador Rodolfo Suárez quien terminó gestando la reforma.
El poroteo
Antes de llegar al recinto, debe aprobarse el texto definitivo que emane de la comisión de LAC que preside el sancarlino Jorge Difonso quien es aliado a Cambia Mendoza, pero más de una vez ha marcado sus diferencias. No se sabe qué hará el ex intendente, al menos esperará a escuchar a las voces restantes.
Para aprobar el texto, son necesarias la mitad más uno de las firmas del total de quienes integran la comisión. Si asisten todos y todas, son 13. Y por lo tanto se deben reunir 7 voluntades. Desde el radicalismo aportarán Emiliano Campos, Daniela García, José Manuel Vilches, Adrián Reche y Paula Zelaya de acuerdo a lo que se decida. Se sumaría José María Sanz hasta llegar a la media docena.
Por el lado del peronismo hay cuatro firmas: Verónica Valverde, Néstor Márquez, Duilio Pezzutti y Germán Gómez, quien además es el presidente del bloque del PJ en la Cámara Baja y tiene a su cargo las negociaciones con el oficialismo. A este grupo detractor del proyecto tal como está, hay que sumar a la demócrata Mercedes Llano. La cuenta, hasta el momento tiene 6 votos a favor y 5 en contra, pero faltan dos legisladores más. Se trata del propio Difonso y del jefe de bloque del Pro, Gustavo Cairo.
Y allí está la clave en el texto final, porque si uno de ellos firma el despacho, Cambia Mendoza tendrá el articulado para darle media sanción mañana. Si hay ausencias, con las 6 rúbricas radicales alcanzará. El expediente tiene preferencia con despacho, es decir, con la mayoría simple del recinto es suficiente para tratarlo. De esa manera apuraría la aprobación en la Cámara Baja.
En este contexto, las miradas apuntan al Pro por la indefinición, al menos oficial, por parte del partido. Hasta el cierre de esta edición, no estaba asegurado el aval en el despacho para la votación. Por lo tanto, de no firmar Cairo, deberá hacerlo Difonso para llegar al tratamiento legislativo. Siempre y cuando no haya ausencias.
De no suceder nada de último momento, hoy habrá texto final y será el mismo que ingresó por la Mesa de Entradas de la Cámara de Diputados. Las dudas giran en torno a si será un proyecto con consenso o no. Al menos, el diálogo seguía abierto, pero no había intenciones de dilatar el cronograma.
El miércoles la cuenta que se hace es otra, y tiene que ver con quiénes apoyarán la iniciativa. Algunos aliados están molestos por haber dado por hecho que están garantizados todos los votos para la media sanción cuando aun faltan expositores.
Si se convencen de las bondades del proyecto, se aprobará mañana. Después, la pelota pasará al Senado y ese es otro cantar aunque difícilmente se puedan introducir cambios. De sancionarse esta ley, será otra de las iniciativas enviadas por el Gobierno provincial que acumula un desencuentro más con el peronismo.