Recrudece la interna entre los ministros de la Suprema Corte de Justicia

El fallo firmado por Adaro y Palermo, en la que desestimaron un pedido del presidente de la Corte Garay para resolver una causa en fallo plenario, aumentó las tensiones entre espacios antagónicos.

Recrudece la interna entre los ministros de la Suprema Corte de Justicia
Los miembros de la Suprema Corte en la fachada del Poder Judicial.

La llamada “grieta judicial” sigue latente en la Suprema Corte de Justicia de Mendoza, y recrudeció en estos días. Lejos quedó por ahora aquella votación en noviembre pasado en la que de forma unánime, los ministros del máximo tribunal de Justicia eligieron a Dalmiro Garay para que condujera los destinos como su presidente por 2 años.

Lo cierto es que la pelea interna quedó visibilizada en los últimos días, cuando se conoció un fallo de la Sala 2 de la Corte, en las cuales los jueces Mario Adaro y Omar Palermo ordenaron al Gobierno a que reincorporaran a dos ex funcionarios políticos que fueron echados por la gestión de Alfredo Cornejo en 2015. José Valerio, que también conforma la Sala 2, no votó debido a que estaba de licencia.

No obstante, el caso tomó resonancia cuando evitaron el pedido realizado por la provincia, y luego mantenido por el presidente de la Corte Garay, para que esa demanda se resolviera de forma plenaria, es decir, con el voto de todos los integrantes del máximo tribunal, según solicitaran los demandados. No obstante, esto no ocurrió.

Según fundamentaron desde parte del Tribunal que pedía el plenario, “era importante y tenía sentido sentar jurisprudencia, porque hay algunos fallos de la Sala 1, sobre el mismo tema, que han tenido diferentes resoluciones”, destacaron. Y arremetieron contra Adaro y Palermo: “Tenían un compromiso de resolver ese fallo como lo hicieron”.

Según marcó Adaro en el fallo , en un análisis al cual Palermo adhirió, “se advierte un manejo discrecional de los llamados a Pleno o Plenario”, y no sólo se refirió a otros casos en los que se llamó a plenario (como el del Ítem Aula), sino que agregó que, “con la evidente finalidad de impedir que resuelva la actual composición de la Sala Segunda, con sus jueces naturales, e imponer el bloque hegemónico de la actual integración, se llama a resolver en Pleno después de los votos que ya han sido presentados”.

En el desarrollo del fallo, el Juez de la Corte hizo referencia a un “bloque hegemónico”, en clara alusión al “a la filoradical”, como es conocido uno de los dos espacios de la Suprema Corte.

Desde hace tiempo hay una interna latente entre los ministros de la Suprema Corte, y en la cual en varios fallos importantes se han visibilizado estos dos grupos: por un lado uno conocido como el mencionado “filoradical”, que tiene a Garay, Teresa Day, Pedro Llorente y José Valerio; y otro conocido como “filoperonista”, que reúne a Adaro, Palermo y Julio Gómez.

Miembros de la Suprema Corte
Miembros de la Suprema Corte

Hay quienes sostienen que los términos respecto a su denominación son “exagerados” e incluso no son del todo certeros, tal como varios marcan dentro de Tribunales, pero la tensión entre ambos es prácticamente manifiesta.

Quién maneja la Justicia

Desde el bloque de Adaro, Palermo y Gómez, aseguran que los fallos plenarios son con los que Garay, Day, Llorente y Valerio suman sus voluntades para resolver por “mayoría automática” que denuncian que tiene el oficialismo en la Justicia.

Y en base a eso, en el fallo aseguraron que “no puede desconocerse que la imposición de mayorías automáticas tiene como consecuencia un disciplinamiento de las instancias anteriores del Poder Judicial”.

No obstante, hubo una respuesta contra este fallo, y son las estadísticas de las causas ingresadas desde el 2018 a la fecha a la Suprema Corte. De los ingresos totales, que fueron 9.521, el 75% han ido a parar a la Sala 2 (7.174), donde hay mayoría “filoperonista”. En este punto, es importante mencionar que la Sala 1 es Civil y Comercial; y la 2 Penal y Laboral.

Que solamente una veintena de causas hayan ido a plenario en los últimos 4 años marca a las claras que no hay un intento de mayoría automática. Es más, a ellos les molesta perderla”, acusaron, y aseguraron también que “esos fallos plenarios han sido causas importantes, como casos de tentativa, prisión perpetua, juicios por jurados o el ítem aula”, acotaron.

“Manejan casi el 80% de las causas de la Corte, con una mayoría automática ¿y hablan de cooptación de la justicia?”, manifestaron con sorpresa desde el cuarto piso de Tribunales.

En tanto, en lo que son las distribuciones por “procesos compartidos”, es decir, con causas que pueden ser resueltas por la Sala 1 o la Sala 2 (según la quincena del mes), es la sala 2 la que se lleva casi el doble de causas administrativas (986 a 505), por propia elección de quienes realizan las presentaciones. “En los procesos contra el Gobierno, eligen la Sala 2, ya se sabe el porqué”, agregaron con sarcasmo en Tribunales.

Sin consenso

Por otro lado, hubo un intento por parte de la Corte para enviar a la Legislatura un proyecto de funcionamiento orgánico del máximo tribunal por consenso, con el cual, entre varios puntos, estaba el de la recepción de causas según las diferentes salas.

Según comentaron a Los Andes, todos están de acuerdo en que, el hecho de poder “elegir” en qué sala caerá una causa determinada, no es transparente en términos judiciales ni institucionales.

Sin embargo, no hubo consenso en cómo resolver esta cuestión. Según el a la “filoradical”, el resto no aceptó la propuesta de que se sortearan los 7 miembros de la Corte según ingresara cada causa, hasta llegar a los 3 que deben resolver. “Nosotros queríamos que los 7 participaran en las acciones contenciosas. Ellos no querían porque manejan una mayoría automática”, denunciaron, y añadieron que “el sistema de salas actual tiene un problema: 2 de 7 ministros pueden declarar una ley inconstitucional, y la pueden voltear”.

Desde el otro espacio, argumentaron que, según esa alternativa, “habría un 60%-40% a favor de los oficialistas”; y propusieron que en los sorteos no participara el presidente de la Corte, es decir, solo 6 miembros. Otra alternativa que sobrevoló era que se sorteara la causa en Sala 1 o Sala 2.

No obstante, en el fallo antes mencionado, Adaro había hablado de la necesidad de evitar el “forum shopping”, es decir -en términos prácticos - la posibilidad de que pueda elegirse una u otra sala según la conveniencia.

Ante esto, sostuvo que las acciones procesales administrativas y de inconstitucionalidad, “para una equitativa distribución deberían ser sorteadas entre ambas Salas, en refuerzo del principio de transparencia y de una buena administración de justicia”.

Cómo salir

Sin dudas la tensión ha ido en aumento, y no pareciera ver alguna salida en el corto o mediano plazo, o al menor una recuperación del diálogo. “Con Garay en la Corte nunca hubo ni clima ni diálogo”, expresaron desde el espacio “filoperonista”.

No obstante, mencionaron que si bien la grieta “es difícil que pueda superarse”, manifestaron la necesidad de que la Corte “pueda volver a trabajar en un proyecto de funcionamiento que salga con consenso. Si lo envía el Ejecutivo, está claro que no hay independencia de poderes”.

En tanto, desde el otro sector, manifestaron que esta situación “es parte de las tensiones normales” y acusaron al resto de tener “falta de compromiso institucional” con ese controversial fallo. “Hay que seguir trabajando. A la gente le interesa que el servicio de justicia funcione, y estamos trabajando para eso”, finalizaron.

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